México ya no puede callar. Estamos en un estado de emergencia. Los feminicidios han subido su terror y hoy pone a todas las mujeres en peligro.
El caso de Debanhi es lamentablemente uno más de miles. La impotencia y el0 duelo se unen al enojo que sentimos millones de mexicanos al conocer su historia.
Organizaciones de mujeres informan que solo el 10% de todos los ataques que padecen en las mujeres llegan a un ministerio público y apenas un 1% es investigado.
A las mujeres se les asesina en México y la impunidad que gozan los asesinos está matando al país.
Pero ¿hay respuesta de las autoridades? No, al igual que los gobiernos anteriores, el Estado prefiere hundirse en la grilla, distraerse con aeropuertos, trenes, refinerías y reformas constitucionales que no sirven de nada.
Cómo país estamos desperdiciado las fuerza y estamos perdiendo a nuestras niñas, nuestras jovencitas y nuestra mujeres. Ya basta, ni una más.
Enfoquémoslos en lo que importa. Dejemos enfrentamientos estériles, los verdaderos traidores a la patria son los que asesinan, los que desaparecen, los que violan.
A ellos hay que denunciarlos.