El INE pospuso indefinidamente la Revocación de Mandato, lo hizo por dos motivos, por un claro activismo político de su Presidente y porque el dinero es el jugador fundamental de la democracia en el país. En la sesión del viernes pasado, en el Consejo General del INE se oficializó que sin dinero la democracia no baila. Durante años, pensamos que el dinero compraba votos, compraba cargos y compraba autoridades, pero jamás nos imaginamos que el dinero también dirigía elecciones. En la herradura de la democracia, la voluntad del pueblo sucumbió ante el poder del dinero. Si bien, la Cámara de Diputados no dio los recursos necesarios para la organización de la Revocación de Mandato, el INE no pudo ser vencer su animadversión contra este ejercicio que a todas luces tiene el objetivo de ensalzar al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Y en medio de la pelea entre los Consejeros Electorales y la Cuarta Transformación nos quedamos los ciudadanos. Si bien la Revocación de Mandato sirve poco para detener esta polarización que padecemos los mexicanos, era la inauguración de la democracia participativa en México. Ingenio sería pensar que quienes odian a AMLO lo iban a sacar con la Revocación de Mandato pero si era el primera paso de un camino muy largo para que la ciudadanía se dejara escuchar. El dinero nos detuvo, la falta de ideas del INE nos detuvo, la cerrazón de la Cuarta Transformación nos detuvo. Urge cambiar nuestra forma de relacionarnos políticamente y no veo con malos ojos que se cambie al Consejero Presidente del INE y sus consejeros para que tengamos un INE alejado de enfrentamientos personales. Y también que se cambie la irresponsabilidad de los legisladores del régimen para tener un verdadero Poder Legislativo que sea un recinto del pueblo y no una extensión del Presidente. @agsarubbi