Luego del sufrido empate de la selección mexicana el día de ayer contra Uzbekistán 3 a 3, podemos sacar muchas conclusiones, pero de las que más me llaman la atención es la falta de juego colectivo y el nerviosismo que se nota en varios jugadores, si bien podemos entender que es una cancha sintética donde el balón toma protagonismo porque los jugadores no están acostumbrados a partidos en esta superficie, no podemos dejar de lado la falta de concentración por parte del combinado nacional. Me parece increíble como al ser profesionales no pueden concretar un pase bien de primera y ni hablemos de las recepciones o conducciones con balón controlado.
Ayer mismo celebrábamos la convocatoria de sangre nueva a la selección, pero debemos entender también qué hay jugadores que recién comienzan y aún no están al nivel para comenzar un partido de titulares. Claro ejemplo es el caso de Cesar “el chino” Huerta, dio un partidazo en el duelo contra Australia y fue el MVP del encuentro, pero ayer se notó perdido. Tuvo errores (como todos), pero se desdibujó ese Huerta de pumas que va y propone. Con esto solo confirmo mi punto, aunque somos parte del movimiento “Huertista”, me parece que aún le falta mucho camino por recorrer en la selección mexicana.
No todo fue malo, si bien México apareció hasta el minuto 60 con el marcador en contra, nuestro delantero Raúl Jiménez se reencontró con el tan ansiado gol en selección. Se le vio dinámico y contundente demostrando que ese olfato goleador sigue intacto y con unas ganas enormes de salir de nuevo.
Solo queda esperar que el proyecto de la Jimmineta cuaje y espero que sea lo antes posible ya que las eliminatorias mundialistas están a la vuelta de la esquina.
