jueves, 21 de noviembre de 2024.

AMLO y Trump

El día de mañana, martes 3 de noviembre, los Estados Unidos decidirán al Presidente número 46 de su historia. 

Aunque todo está predispuesto para que Joe Binden se alce con el triunfo, no se puede descartar una sorpresa de Donald Trump, que a mi parecer, podría representar una tragedia para el mundo en una de sus crisis más fuertes de toda su historia, la del Covid 19. 

Pero más allá de las preferencias electorales de los norteamericanos, la posible derrota de Donald Trump podría también ser un descalabro para la relación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

Si bien, AMLO y Trump representan lo contrario en la vida económica y política, estos dos gobernantes unieron sus destinos en el único viaje que ha realizado López Obrador fuera de México. 

Con su viaje a Washington, el Presidente mexicano signó una cercanía con Donald Trump, que aunque se desvivió en elogios hacia su contraparte al llamarlo “amigou”, le dio el peor golpe diplomático de los últimos tiempos a nuestro gobierno, la detención sin aviso de un ex Secretario de la Defensa Nacional, como Salvador Cienfuegos. 

Si bien, Enrique Peña Nieto comprometió el futuro de su gobierno en la relación bilateral al invitar a Donald Trump en la pasada elección de hace cuatro años, López Obrador acudió a la Casa Blanca a darle el espaldarazo al mismo personaje, que ha sido señalado por su política antiinmigrante y racista hacia los mexicanos. 

Los dos últimos gobiernos han visto en Trump un canal para mejorar la relación bilateral con los Estados Unidos, pero no tuvieron éxitos. Se comprometieron y ayudaron al magnate, pero de beneficios no podemos hablar. 

De confirmarse el triunfo de Joe Biden, el Gobierno de México deberá de cambiar su política hacia los Estados Unidos. 

Como nunca antes, se abrirá una nueva puerta donde nuestro gobierno podrá poner sobre la mesa nuevas cartas. Biden llegará a la Casa Blanca con un importante apoyo del voto latino y en especial de raíces mexicanas. 

Si López Obrador desaprovecha la posibilidad de tener un nuevo Presidente norteamericano, que tratará de reconstruir el desastre que deja Trump, podrá perder su peso con su vecino del norte. 

Si AMLO deja pasar esta oportunidad de oro, condenará a su administración a ser una cosa sin importancia al lado de la nueva agenda norteamericana. 

Para este momento, Marcelo Ebrard debería ya tener contactos con el equipo de Joe Biden para que la primera reunión que tenga Biden como Presidente sea con el mandatario mexicano. 

Pero una visión así parece estar muy lejos de la ideología de la Cuarta Transformación. 

@agsarubbi

 

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