Según cifras del ejército mexicano, en el país se han desplegado 123, 808 integrantes de las fuerzas armadas para combatir a la inseguridad.
Los elementos del ejército y marina se concentran principalmente en estados como Guanajuato, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Colima, Tamaulipas, Chihuahua y Sinaloa, donde la presencia del crimen organizado ha cometido delitos de alto impacto como enfrentamientos y asesinatos masivos.
El actual gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador incrementó en los tres primeros años de su administración hasta en 3 mil por ciento el número de militares en las calles con relación al sexenio de Enrique Peña Nieto, donde se reportaron 4,000 elementos de las fuerzas armadas en las calles y el de Felipe Calderón con 1,680 elementos.
El número de militares y marinos en las calles supera por mucho a los integrantes de la guardia nacional que cuenta actualmente con 118 mil elementos.
Diversos sectores exigieron al presidente detener la creciente militarización del país y abandonar la reforma a la Guardia Nacional, ya que inmiscuir a las fuerzas armadas en el combate a la inseguridad no está dando los resultados deseados.
Amnistía Internacional y diversos colectivos de la sociedad civil llamaron al Congreso a rechazar la iniciativa del presidente para formalizar a la Guardia Nacional como una rama del ejército y detener una estrategia que no ha dado resultados, al centrar el combate a la inseguridad en los militares.
Lamentablemente, hemos visto escenas donde el ejército es humillado y debe de huir, tal parece que ni los militares pueden ante la creciente ola de violencia, la cual ha crecido por dos elementos, la impunidad y la decisión de un gobierno de no enfrentarlos.
@agsarubbi