Seis políticos de la oposición han expresado con lujo de escándalo su decisión de no participar en el proceso interno de la oposición.
En su reversa, políticos de todos los partidos que habían expresado que serían presidentes, no solo se bajaron, sino desacreditaron la decisión del PAN, PRI y PRD de ir juntos en la elección presidencial.
Se trata de personas y mujeres que habían tenido notoriedad por sus críticas al gobierno, pero no recuerdo alguna propuesta alguna sobre el México que dicen querer.
El primero en bajarse fue el Senador Independiente, Germán Martínez, que conoce muy bien cómo se mueven los partidos políticos, fue Presidente del PAN en el gobierno de Felipe Calderón y no puede llamarse a la sorpresa que el proceso interno de la oposición tenga reglas que no son para todos.
Después le siguieron Lilly Téllez y Alejandro Murat, personas públicas que son conocidas actualmente gracias a los partidos. Téllez es senadora porque Morena la impulsó y después el PAN la rescató y Murat fue gobernador porque el PRI se entregó a su papá en Oaxaca.
Y así tres más que en su declinación han querido desacreditar el bloque opositor.
Si no soy yo, no sirve, es el mensaje que mandan quienes, en sus redes sociales, le informan al pueblo que no participarán.
Pero más allá de renuncias y echadas para atrás, los ciudadanos debemos de entender que los partidos políticos solo ven para sí mismo, su preocupación por la ciudadanía es solo una bella frase en sus discursos.
Si la ley electoral está hecha para los políticos, por qué le creemos a los políticos que sus procesos internos están hechos para los ciudadanos.
En este proceso pre- pre- electoral, no nos debemos engañar, PAN, PRI Y PRD van a elegir a un político y a la ciudadanía le resta solo votar por alguno de ellos.
Dejemos a un lado la acusación de que si no soy yo, no vale. Quienes se bajaron de la contienda es porque no encontraron espacio en esos grupos.
@agsarubbi