Unos dos tercios de la población mundial pueden tener anticuerpos por infección o vacunación contra el COVID-19, una enfermedad cuyos síntomas y secuelas persistentes, tras la fase aguda, afectan a todas las edades, según dos nuevos estudios que publica Plos Medicine.
Una investigación que abarca a casi la mitad de la población alemana, encabezada por la Universidad Técnica de Dresde, indica que tras la infección por el coronavirus SARS-Cov-2 se produce una importante morbilidad de nueva aparición en niños, adolescentes y adultos.
Los autores escriben que se observó un aumento de las tasas de problemas de salud física y mental recientemente diagnosticados en el grupo de personas con COVID-19, en comparación con otro de control.
Todos los grupos de edad corren el riesgo de padecer el síndrome de covid posagudo, que incluye la prolongación de los síntomas más allá de cuatro semanas y las secuelas tras doce semanas, aunque el espectro de problemas difiere según la edad.
El estudio usó un conjunto de datos sanitarios que abarca casi la mitad de la población alemana durante los años 2019 y 2020, en los que los investigadores identificaron a los pacientes con PCR positiva por COVID-19.
A continuación, compararon la aparición de diagnósticos preespecificados, introducidos en la historia clínica al menos tres meses después de la infección, en estos pacientes (11 mil 950 niños y adolescentes y 145 mil 184 adultos) con una cohorte de control de más de 750 mil individuos sin COVID-19.
En general, los niños y adolescentes que habían pasado el COVID-19 tenían un 30 por ciento más de probabilidades de tener problemas de salud documentados a partir de tres meses o más después de la infección.
Dentro de este grupo, las principales tasas de problemas estaban relacionadas con malestar/fatiga/agotamiento; tos y dolor de garganta/pecho, y también aumentaron las de dolor de cabeza, fiebre, dolor abdominal, trastorno de ansiedad y depresión.
Los adultos con COVID-19 eran un 33 por ciento más propensos a tener problemas de salud y los más frecuentes eran alteraciones en la olfato y el gusto, fiebre y disnea, seguidos de tos, dolor de garganta y pecho, la caída del cabello, fatiga, el agotamiento y dolor de cabeza.
Un segundo estudio indica que las tasas mundiales de infección por coronavirus pueden ser más altas de lo que se había estimado y que dos tercios de la población mundial puede tener anticuerpos por vacunación o infección.
Un equipo internacional, con participación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llegó a estos resultados analizado las tasas de seroprevalencia.
La serovigilancia proporciona estimaciones de los niveles de anticuerpos contra las enfermedades infecciosas y se considera la norma de oro para medir la inmunidad de la población debida a infecciones o vacunaciones anteriores.
Para conocer las verdaderas tasas de infección y los indicadores de inmunidad de la población frente al SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo, realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis de los estudios de seroprevalencia.
De todos ellos, 965 cumplían los requisitos establecidos por el equipo, en los que se habían tomado muestras a 5,3 millones de personas entre enero de 2020 y abril de 2022. El 43 por ciento de los estudios procedía de países de renta media-baja.
Analizaron la seroprevalencia por país y mes, estimando la regional y global a lo largo del tiempo, y estimaron las tasas de seropositividad por infección frente a la infección o la vacunación.
Los datos apuntan que la seroprevalencia mundial aumentó del 7.7 por ciento en junio de 2020 al 59.2 por ciento en septiembre de 2021, lo que sugiere que dos tercios de la población mundial puede ser seropositiva al SARS-CoV-2, por vacunación o por infección.
Las estimaciones de las infecciones por COVID-19 basadas en los datos de seroprevalencia superan con creces los casos notificados, lo que sugiere que el impacto mundial de la enfermedad es mayor de lo que se conocía hasta ahora, indicó el equipo, que reconoce limitaciones como la infrarrepresentación de algunos países en los datos y la sobrerrepresentación de otros.
Con información de EFE