Ahora si. Desde Palacio Nacional se han impuesto un compromiso, que 2020 será el año de la consolidación del cambio.
Lo repetirán en estos 12 meses. El discurso será el mismo. Las promesas será más importante que las acciones. Total, este gobierno es declaraciones, no de acciones.
Andrés Manuel López Obrador es dueño de sus palabras. Podrá repetir una y otra vez una mentira, la realidad dirá otra.
Nosotros somos dueños de nuestros criterios y de nuestras decisiones.
¿2019 realmente fue el año de los cimientos del cambio?
El crecimiento cero ha traído desesperanza en el sector productivo. A la garantía de una beca para jóvenes sin futuro de 1600 pesos bimestrales, se suma el terror de perder el empleo de millones.
A la creación de la Guardia Nacional la opaca que el año pasado fue el más violento desde que se mide el delito en el país.
Al avance democrático que significó la validez del voto, se enciman contrarreformas democráticas que nos mandan 50 años atrás.
El gobierno, porque se dice el único democrático en la historia, busca controlar todo. Desde los datos personales hasta la conciencia del cambio.
Estamos como sociedad ante un peligro eminente, creer que la repetición constante de una mentira puede gobernar conciencias.
El seguimiento, crítica y revisión a un gobierno no es una acción de conservadores, es una práctica que debe seguirse.
Así como hoy se le hace a Morena se debió haber hecho a las Presidencias del PRI y del PAN. No se hizo, se dejó fluir la corrupción y la ineptitud.
Hoy estamos llamados a revisar y criticar. Si a López Obrador no le guste, que trabaje bien. Si a Morena le incomoda que rectifique.
Efectivamente 2020 es el año del cambio pero de la transformación social. Tienen un año para dar resultado o perderán la mayoría y posibilidad de decisión.
2020 es el preámbulo de la primera elección de la 4aT. Veremos si la promesas se quedarán para cuando vuelvan a ser oposición.
@agsarubbi
