jueves, 7 de noviembre de 2024.

Poder Judicial no está para dar gusto al poder en turno: ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dejó en claro que el Poder Judicial “no está destinado a dar gusto a las mayorías o al poder en turno”.

Lo anterior fue señalado en la ceremonia de toma de protesta y entrega de distintivos correspondientes a seis nuevos jueces y 62 magistrados del Poder Judicial de la Federación.

“(Ustedes) deberán resolver no solo casos complejos entre particulares, sino también tensiones políticas entre Poderes, es decir, deberán fungir como el Poder contra mayoritario que, en ocasiones, es el Poder Judicial, y que no está destinado a dar gusto a las mayorías o al Poder en turno, sino a la Constitución”, señaló.

“No es gratuito que la duración del puesto de las personas juzgadoras en el Poder Judicial de la Federación, jueces, magistradas y Ministras, no responda a los tiempos de otros Poderes; su misión frente al Estado mexicano o, mejor dicho, como parte toral de él, es administrar justicia de manera fundada y razonada, aun en las situaciones más complejas del Estado democrático de Derecho; tenemos que estar preparados para ello, México y su gente los necesita”, puntualizó.

Gutiérrez Ortiz Mena aseguró a mgistrados que en su actuar cotidiano deberán tener presentes dos principios rectores: la imparcialidad y la independencia. Imparcialidad al impartir su veredicto, e independencia respecto de otras instituciones, de las partes y de otros poderes.

Destacó que “la función judicial implica decidir interpretando la Constitución de lo que corresponde en principio y en justicia; lo justo, y no necesariamente la decisión más popular ni la más política; de ahí la naturaleza del Poder Judicial como árbitro, como contrapeso y como órgano contramayoritario”.

La autoridad moral del Poder Judicial de la Federación, dijo el ministro Gutiérrez Ortiz Mena, es un bien público que trasciende a sus integrantes y enfatizó que si las personas confían en los tribunales, no tendrán incentivos para optar por otros medios no institucionales para cuestionar o combatir las decisiones de otros poderes.

Agregó, “en el diálogo con los otros poderes, a quienes el Poder Judicial debe servir también de contrapeso, se debe participar en un diálogo democrático defendiendo siempre el contenido y alcance de los derechos humanos como límites claros y totalmente indisponibles”.

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