Promesas y más promesas que han hecho López y su nefasta 4-T, día con día se demuestra que han sido puras mentiras. Claro ejemplo de los muchos que llevan desde el 1 de diciembre del 2018, en que para mala fortuna de México y los que en él vivimos, llegaron a mal administrar al país, es la desigualdad entre mujeres y hombres que prevalece.
Investigadoras de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, dieron a conocer que del 100 por ciento de los recursos para el Anexo 13, sólo 2 por ciento están orientados a las acciones para erradicar la violencia contra las mujeres. De igual manera, Programas Hijos de Madres Trabajadoras, enfocado en entregar recursos a mujeres con hijas e hijos, el 35% de los recursos están etiquetados para hombres, a pesar de que está dirigido a mujeres
Muy preocupante que NO EXISTA rendición de cuentas sobre los resultados y de evaluaciones que permitan conocer cómo ayudan a eliminar estereotipos y roles de género y si favorecen la distribución de bienes y recursos
EL ENGAÑO, PALIATIVOS TEMPORALES
La cruda realidad es que los recursos públicos que se destinan a los programas prioritarios de López son solamente paliativos temporales para las mujeres, sin que hasta la fecha exista clara evidencia de que realmente estén enfocados a corregir de raíz la desigualdad entre mujeres y hombres
Las investigadoras de Fundar, Andrea Larios Campos, Claudia de Anda y Matilde Pérez Romero, señalaron que, aunque el 56 por ciento de las personas beneficiarias de estos programas sociales son mujeres, como lo dio a conocer Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la información no es suficiente para saber cuál ha sido el impacto en la vida de las mexicanas.
Razón por la cual, reiteraron su propuesta de reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y con ello establecer que se argumente el por qué dichos programas están incluidos en el presupuesto para la igualdad, señalar sus objetivos a las unidades responsables de ejercer los montos y una metodología de evaluación, entre otros mecanismos, a fin de acabar con la discrecionalidad y garantizar la transparencia.
Dado que los datos que dio a conocer Nadine Gasman si bien son importantes ya que pueden ayudar a corroborar si el presupuesto destinado a programas sociales tiene un impacto real, la realidad es que no se puede verificar solamente conociendo el número de beneficiarias de programas sociales.
Esto porque los padrones de beneficiarios de los programas sociales no están desagregados por sexo y tampoco son de libre de acceso, sin que haya forma de verificar si en las acciones orientadas a beneficiar a mujeres y niñas en pobreza, indígenas o con vulnerabilidades están cumpliendo el objetivo, ni se hacen desde un enfoque de género e interseccional o incluso feminista.
FALTA TRANSPARENCIA EN PROGRAMAS SOCIALES
Es notoria una falta de transparencia en estos programas sociales dado que cuando se presentó en la mañanera de López el 3 de noviembre del 2021 la información por la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), en relación al número de mujeres y hombres beneficiarios de 10 programas sociales, los padrones no están desagregados por sexo. Y por motivos de transparencia y rendición de cuentas, se hace necesario que todos los padrones estén desagregados por sexo y sean de libre acceso.
En la actualidad, existe el Padrón Único de Beneficiarios, que es una base de datos con nombres de personas inscritas para recibir estos apoyos, pero son insuficientes para poder corroborar que los recursos realmente llegan a las mujeres, así como tampoco se puede evaluar cómo contribuyen a eliminar condiciones de desigualdad y situaciones de violencia.
DESIGUALDAD, NO IGUALDAD
Como resultado de la revisión que llevaron a cabo investigadoras de Fundar en relación a los programas prioritarios incluidos en el Anexo 13 del proyecto de presupuesto de egresos para 2022, apartado donde se ubican los recursos para la igualdad, detectaron que, respecto de la Clasificación de Género, en promedio, el porcentaje de recursos orientados a mujeres a través de 12 programas presupuestarios es de 45.7 por ciento.
En esa clasificación que realiza la Secretaría de Hacienda, que es de sexo y no de género, ya que únicamente incluye mujeres y hombres, indica que 42.7 por ciento de estos recursos se dirige a los hombres. Pero, de esos programas prioritarios únicamente tres, Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, Becas para educación básica y Programa para el Bienestar de Niñas, Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, distribuyen más del 50 por ciento de su bolsa a las mujeres.
Y respecto al Programa para el Bienestar de Niñas, Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, 35 por ciento de los recursos están etiquetados para hombres, a pesar de que incluso en el nombre del programa se aclara que está dirigido a mujeres. Recalcando que estas transferencias se anuncian como apoyos para madres trabajadoras o padres solos.
Contrastando lo informado por la presidenta del Inmujeres, respecto a que el 93 por ciento de las beneficiarias de este programa, son madres trabajadoras, la información de los los informes de fiscalización de la Cuenta Pública 2020, que la Auditoría Superior de la Federación entregó a la Cámara de Diputados el 28 de octubre del 2021, exponen otra situación, detectándose irregularidades en este programa. Identificándose la entrega de apoyos a 114 personas beneficiarias que no contaban con documentos probatorios de identidad, la entrega de recursos a 278 niñas y niños que rebasan la edad límite establecida en las reglas de operación y la entrega de recursos a 19 beneficiarios después de su fecha de fallecimiento.
Finalmente, las investigadoras de Fundar, destacaron que, si bien los programas prioritarios de López comenzaron a ser preferentes entre 2018 y 2019, este problema de no atender la desigualdad de fondo ya existía, por ello explicaron que no se trata de desaparecer estos apoyos sino de revisar el ejercicio de los recursos, replantear su finalidad y si cumplen sus objetivos.
Pero la cruda realidad estimados lectores nos va indicando que al igual que la salud, el tema de la desigualdad no son temas de la agenda de López y su 4-T, porque al parecer, no le importan. Cruda realidad. Por ello insisto en preguntarles a los 30 millones de ilusos que votaron por él ¿Ese es su Cambio?, ¿Para eso votaron?