viernes, 29 de marzo de 2024.

Clases presenciales ¿acertada o desacertada la decisión?

miércoles, 12 de enero de 2022
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Regresar a clases presenciales en México, ha propiciado un enorme debate dada la pandemia que seguimos enfrentando y, sobre todo, más aún, con esta variante del Covid-19, Ómicron que ha llegado con enorme fuerza.

La SEP anunció que, sin problemas a la vista, el pasado 3 de enero se regresaría a clases ya casi en su totalidad, pero, como lo comentamos, ante la cuarta ola de Covid y con el Ómicron a todo lo que da, 13 estados del país decidieron no regresar a clases presenciales debido al enorme aumento en contagios. Y es que un gran número de los alumnos menores de 14 años, no están vacunados y eso los expone mucho más al riesgo no solamente de contagiarse, sino de que se les pueda complicar e inclusive hospitalizar, poniendo en riesgo sus vidas.

El decidir que nuevamente se regrese a las clases presenciales y con lo pésimo que se ha enfrentado y manejado esta pandemia, además de no tener la suficiente información de esta nueva cepa, más vale ser prudentes ante algo que se desconoce y mucho más aún con este virus que ha hecho un enorme daño en México donde ya se rebasaron los 300 mil muertos.

Y si bien estamos conscientes de que en esta pandemia el haber cerrado las clases presenciales afecto a los alumnos por dejar de asistir. Si bien se ha comentado que no socializar los afecta, considero que más les afecto que las autoridades educativas no le dieron importancia en que debían de haberse abocado a la preparación de programas apegados a esta realidad que vivimos, para que no tuviera consecuencias en el aprendizaje de los estudiantes. Pero cuando no se tiene la capacidad, experiencia y profesionalismo para hacerlo, nos lleva a la cruel realidad de que todo el tiempo que no han asistido a sus escuelas es un tiempo perdido que no se podrá recuperar.

Esto nos lleva a recordar un dicho “No se le puede pedir peras al olmo” y a su vez recordar esa placa que está a la entrada de la Universidad de Navarra, en España, que dice “LO QUE NATURA NO DA, NAVARRA NO PRESTA”, nada más adhoc para quienes desde el 1 de diciembre del 2018 tienen en sus manos el destino de la educación.

Por ello es muy importante tomar la decisión, que no ponga en riesgo a los alumnos, entre socializar o conservar la salud y la vida. Esto radica en no regresar a clases presenciales para no exponerlos a contagios y continuar con clases remotas, pero con programas adecuados que les permitan aprender realmente.

Se debe acabar la improvisación con que se ha venido manejando la educación a distancia. Debe corregirse el rumbo de como se han impartido las clases de esta manera. Basta ver esas clases en televisión y son en verdad ridículas e inservibles, y así lo han hecho desafortunadamente para los niveles de educación básica.

Y antes al contrario de ocuparse en estructurar y preparar mejores programas de educación, López ha fustigado, exhibido y hasta regañado a las universidades por no regresar a clases presenciales, externándoles que ya se pasaron, que ya deben regresar a clases.

Muy grave que se presione para que regresen a clases presenciales, mientras no estén vacunados no solamente los maestros, sino TODO el personal que labora en una escuela, trabajadores administrativos, los conserjes, dado que todo aquel que asista a una escuela puede ser quien lleve el contagio. Y qué decir de los alumnos que no quieren vacunarlos, sobre todos a los que están entre 5 y 14 años de edad.

¿Qué pasará cuando un adulto lleve el virus a una escuela y contagien a los demás incluyendo a los alumnos que están sin vacunas? Porque vacunar al menos a los maestros con el refuerzo, apenas comenzará la próxima semana y regresaron a clases el 3 de enero pasado, cuando debieron haberlos vacunados antes de que regresaran a clases. Sin olvidar que les pusieron la vacuna china Cansino que se ha comentado es de las que menos protege.

Deben vacunar a los alumnos, de otra manera, es exponerlos en un alto grado ya que no tienen sus organismos defensas para enfrentar a este temible virus. Sumándole que no hay las suficientes pruebas disponibles para detectar si se está contagiado o no, ya que principalmente a quienes asisten a clases presencias les deberían hacerles esta prueba para estar seguros de que no están infectados e irán a contagiar a los demás.

Sumándole al altísimo riesgo de quienes trabajen en una escuela, de que sus familiares o amigos con quienes tienen contacto, puedan estar contagiados y transmitírselos y a su vez ellos llevar el contagio a la escuela.

No debemos olvidar que el virus se puede contagiar en cualquier parte, en el transporte público, en los comercios, en la calle misma, si no estamos debidamente protegidos usando tapabocas, respetar la distancia entre las personas, no asistir a lugares concurridos. Y a eso están expuestos todas y cada una de las personas que laboran en una escuela, maestros, alumnos, personal administrativo, y significa un gravísimo riesgo sino se está vacunado. Ya que, si el estarlo no asegura estar libre de contagio, si ayuda para aminorar los efectos del virus.

CONTAGIOS A MENORES DE EDAD

La realidad es patética, pero eso no le importa a López y su nefasta 4-T a quién todo indica que quienes menos le interesan o importan son los niños. En esa línea, el diario Eje Central publicó el 10 de enero del 2022, que en tan sólo dos semanas el número de menores de edad contagiados por coronavirus en México creció seis veces hasta alcanzar un total de 8 mil 182 niñas, niños o adolescentes enfermos de Covid-19 hasta el 9 de enero, una cifra que supera los registros de las dos primeras olas en el país, y que se encuentra a menos de 3 mil casos de convertirse en el máximo para este grupo.

Y que, a diferencia de otros periodos, el 2% de los menores que se contagiaron durante esta cuarta ola han tenido que ser hospitalizados debido a la gravedad de sus síntomas, lo que representa un aumento del 75% en los ingresos entre menores de edad.

Un total de 8 mil, 182 niños, niñas o adolescentes enfermaron por coronavirus en la última quincena, una cifra que interrumpe cuatro meses de tendencias a la baja para este grupo de edad. En ese mismo periodo el número de hospitalizaciones por coronavirus en menores de 18 años creció un 75%, es decir que en tan sólo dos semanas 243 niños, niñas o adolescentes fueron ingresados a algún centro médico por sus síntomas, y de estos, el 2% fueron intubados debido a la gravedad de su cuadro clínico.

Datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE) muestran que el 91.7% de los menores hospitalizados en este periodo no tenía ninguna comorbilidad, mientras que la mitad de los pacientes intubados de estas edades en las últimas dos semanas tampoco pertenecía a ningún grupo de riesgo asociado al coronavirus.

Los bebés menores de un año registran el mayor número de hospitalizaciones generales al acumular el 25.9% del total de casos, y los niños entre 5 y 11 años ocupan el segundo lugar con 60 hospitalizaciones; de hecho, la mitad de los ingresos clínicos en menores de edad se concentra en estos dos grupos, lo que demuestra la vulnerabilidad de este sector frente a este nuevo brote.

Nuevo León y Ciudad de México son las entidades con el mayor número de menores hospitalizados al reportar 23 ingresos cada una hasta el 8 de enero, lo que desencadenó la reconversión hospitalaria de algunos centros pediátricos que no se encuentran dentro de las estadísticas de la Red de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG) pero que han registrado aumentos en el número de menores atendidos desde la última semana de diciembre.

Ante esta cruda y preocupante realidad, es importante analizar si el regreso a las clases presenciales es ¿decisión acertada o desacertada? Usted que piensa estimado lector.

 

 

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