Al Presidente le urge una oposición real. Se ha dado cuenta que está solo ante los problemas nacionales que se le suman día a día.
De ahí que busque crear enemigos para compararse.
A Andrés Manuel le hace falta la mafia en el poder, ese grupo oligárquico que creó para mostrarse como héroe de los pobres.
López Obrador ya está comprobando que el poder desgasta, que no se puede quedar bien con todos y que México no es aquel país que creía poder cambiar al sentarse en la silla del águila.
Desde sus inicios en la oposición, López Obrador se mostró como un político de contraste, nunca de propuesta.
Su elección fue por el hartazgo ante la corrupción que representaron los gobiernos priistas y panistas.
Llegó al poder porque se tenía sed de venganza, nunca se le conoció una verdadera propuesta de gobierno.
Y en menos de dos años de Presidencia, Andrés Manuel ya entendió que, si no crea un enemigo, difícilmente su propuesta política se refrescará.
De ahí que en la semana el Presidente haya revelado una conspiración política para quitarlo del poder, la BOA, Bloque Opositor Amplio, donde incluye a todos que podría tener algún peso político.
Incluye a su rival de sombra, Felipe Calderón, a los gobernadores panistas, al gobernador suspirante de Jalisco, Enrique Alfaro y a quien López Obrador ve como opositor, a periodistas, analistas e integrantes de los partidos.
Sin embargo, el Presidente se enfrentó ante su realidad, él está solo en el poder. No tiene contrapesos.
Y si bien, Andrés Manuel vive el paraíso político al controlar todo el poder, comienza a darse cuenta que su proyecto no puede vivir sin un enemigo.
En la política, si no muestras un contrario a quién atacar por los males que enfrenta el gobierno, el malestar de la ciudadanía te va convirtiendo en el villano.
@agsarubbi