lunes, 21 de octubre de 2024.

A un año de distancia

Hace un año todo se veía distinto. El triunfo era total. Por fin, después de tres elecciones se había conseguido lo inimaginable: López Obrador sería el próximo Presidente.

El 1o de julio, en seis días, el líder opositor más importante de los últimos años celebrará un año de su triunfo.

30 millones de mexicanos votaron por él, empujados por la actitud que por 20 años mantuvo de denuncia y oposición en contra de gobiernos corruptos.

Todos pensábamos que el próximo Presidente terminaría con la forma de hacer política en México, metería a la cárcel a la “mafia del poder” del que tanto se quejaba… pero nada fue así.

Andrés Manuel no esperó para imponer su estilo. Un día después del triunfo empezaría a decidir sobre el país.

Urgido de irse de una vez por todas, Enrique Peña Nieto cedió el poder y AMLO actuó, anunciando que gobernaría obedeciendo al pueblo.

Así, en una consulta o encuesta, el entonces Presidente electo canceló el proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, alegando corrupción pero también arrojando a la basura 300 mil millones de pesos.

Instruyó a su mayoría en el nuevo Congreso, crear la Secretaría de Seguridad Nacional y dio pie a su Guardia Nacional, la primera se creó; la segunda trajo su primer enfrentamiento con la oposición por la escencia militar del nuevo cuerpo policiaca.

Duante un año, en cuatro meses de Presidente electo y ocho de mandatario Constitucional, Andrés Manuel López Obrador ha impuesto su estilo en su adminsitración.

Austeridad, aunque dañe a los que votaron por el; amas de casa con sus instancias infantiles; reordenamiento en el gobierno aunque burócratas de nivel medio sean despedidos; estudiantes sin becas y deportistas sin apoyo económico.

Se habla de que existen muchos desilucionados. En diversas giras es común encontrar manifestaciones de inconformidad de personas que reclaman al Presidente. Lo cierto es que López Obrador goza aún de una popularidad que no ha tenido Presidente mexicano alguno, sin embargo no basta ser carismático para gobernar una nación como la mexicana.

A la prensa, la llama fifí; a sus críticos, los llama conservadores. López Obrador ha hecho de este primer año del triunfo, un camino muy pesado, corto pero difìcil, por lo que en esta conmemoracón sólo podemos pensar “y apenas va comenzando”.

@agsarubbi

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