La probabilidad de contagiarse de enfermedades virales, como el COVID-19, es mayor si las personas se exponen a la contaminación atmosférica, advirtieron científicos mexicanos en el marco de la actual contingencia sanitaria.
Refirieron que existen evidencias de que los contaminantes atmosféricos son capaces de alterar de manera importante la respuesta del sistema inmunológico incrementando el riesgo de aparición y complicación de padecimientos de las vías respiratorias.
Por lo tanto, se considera que el cuidado del medio ambiente y de la calidad del aire es la mejor forma de aumentar nuestras defensas colectivas frente a la incertidumbre global.
A través del documento denominado Coronavirus SARS-CoV-2, contaminación atmosférica y riesgos a la salud, el grupo de especialistas del sector público y la academia presentan una breve compilación de las relaciones entre la exposición a la contaminación atmosférica, el contagio y severidad de enfermedades virales.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) dio a conocer mediante un comunicado que el objetivo de este documento es contribuir al análisis y toma de decisiones informada por parte de las autoridades competentes y por la población.
Contaminación atmosférica y COVID-19
La epidemia actual de coronavirus COVID-19 en México, coincide con el periodo de altas temperaturas que favorecen la ocurrencia de incendios forestales, que junto a las quemas agropecuarias, de pastizales y residuos, generan condiciones atmosféricas que propician el incremento de los niveles de ozono y de partículas suspendidas (PM10 y PM2.5).
Estos contaminantes del aire incrementan significativamente la irritación e inflamación del sistema respiratorio reduciendo la capacidad inmune del organismo frente a enfermedades inducidas por virus y bacterias.
Es importante precisar que aún sin la pandemia, vivir en sitios con contaminación del aire se ha vinculado con tasas más altas de enfermedades pulmonares como asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
¿A quién afecta más?
Debido a los efectos nocivos de la contaminación atmosférica sobre la salud, ha surgido la inquietud sobre sus posibles interacciones con la enfermedad causada por el virus COVID-19.
Lo que se sabe hasta el momento es que el mayor impacto se presenta principalmente en grupos sensibles, como son los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o depresión del sistema inmunológico por alguna enfermedad (como VIH) o tratamiento (como quimioterapia), donde se presenta la mayor tasa de mortalidad.
El documento indica que de acuerdo a la información más reciente que se ha publicado sobre el COVID-19, se sabe que éste impacta en las vías respiratorias altas, produciendo una enfermedad respiratoria leve, sin embargo, en un 15% de los pacientes se producen afectaciones a los pulmones originando neumonías que comprometen la vida de los pacientes.
¿Cómo podemos reducir los riesgos?
Los especialistas consideran que las medidas de distanciamiento social encaminadas a reducir el contagio también son útiles porque mientras la población se resguarda en sus hogares, disminuye la emisión de contaminantes atmosféricos, la exposición a ellos y al virus.
Otro de los beneficios de quedarse en casa es que se reduce la probabilidad de falsos diagnósticos en las personas sensibles a la contaminación que pudieran presentar síntomas similares a los que genera el COVID-19.
También se sugiere tomar las siguientes medidas:
- Asegurar el buen funcionamiento de las redes de monitoreo de calidad del aire.
- Oportuna comunicación de riesgos para los grupos sensibles.
- Reducir la emisión de más contaminantes a la atmósfera y la exposición de la población a tales contaminantes.
- Prevenir y combatir los incendios forestales y quemas agrícolas.
- Fomentar la ventilación de espacios cerrados, habitaciones, viviendas, oficinas y unidades de transporte público, etc.
Lo más importante: el cuidado ambiental
Los investigadores de cinco diversas instituciones concluyeron que la restauración ecológica de los ecosistemas naturales no debe postergarse porque es la mejor forma de protegernos de forma colectiva.
El uso de tecnologías limpias en el transporte, la construcción, el sector energético y manejo de residuos, ayudarán a este propósito.
El documento señala que ante problemas ambientales y sanitarios que no respetan fronteras, es imperativo apoyar y difundir la ciencia en nuestro país, así como fortalecer la organización social informada y solidaria.
“Reforzar las acciones nacionales en el marco de los grandes acuerdos internacionales para el ambiente, el clima, la biodiversidad, el desarrollo con justicia y respeto a los derechos humanos y de otras especies, es la mejor forma de aumentar nuestras defensas colectivas frente a la incertidumbre global”, concluye.
El informe fue elaborado por científicos de las siguientes instituciones:
- Centro de Ciencias de las Atmósfera – Universidad Nacional Autónoma de México
- Comisión Ambiental de la Megalópolis – SEMARNAT
- Centro de Investigación y de Estudios Avanzados – Instituto Politécnico Nacional
- Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
- Instituto Nacional de Salud Pública
Si deseas consultar el documento, puedes descargarlo en este enlace
Con información Periodismo Ambiental