Programas educativos infantiles: ¿en verdad son lo que prometen?
Enfoque Educativo con Laura Águila Franco
@laura_aguila
En la actualidad, un buen número de programas infantiles se anuncian como “educativos”, sin embargo,al utilizar elementos sobre estimulantes para el cerebro de niñas y niños, pueden llegar a ocasionarconsecuencias negativas
Si bien es cierto que estamos rodeados de pantallas, y para una gran cantidad de personas es difícil o casi imposible deja hacer uso de ellas, debido a que se han consolidado como un elemento directo para actividades laborales, de entretenimiento y de comunicación, más allá de estas actividades el uso de plataformas va en aumento considerable, ofreciendo a las familias series a las que se puede tener accesodesde una tableta, televisor o teléfono inteligente.
En el caso de los más pequeños, a lo largo de la historia se han desarrollado diversos programas de índole educativo, siendo uno de los primeros el que se estrenó en Estados Unidos en 1952: Ding Dong School, mismo que era realizado en vivo. Básicamente era un programa en blanco y negro, que mostraba a una profesora realizado diversas actividades de carácter educativo frente a una cámara.
En los años setenta, caso dos décadas después, se optó por ofrecer a través de caricaturas educativas, actividades como School House Rock!, y es en 1973, que surge el modelo de Plaza Sésamo (también conocida como “los amigos de mi calle”) la cual no es completamente animada, combinando varios elementos, y a partir de este momento despuntan programas televisivos encaminados para las audiencias infantiles, ejemplo de ellos son Dora la exploradora, Las pistas de Blue, entre muchas otras, que comenzaron a ganar audiencias.
Al paso del tiempo, y con la tecnología como nuestra aliada, se ha hecho cada vez más frecuente y habitual, que los padres de familia elijan opciones de programas educativos para beneficiar el desarrollo de sus hijos, alejándolos de aquellos contenidos violentos o de influencia negativa, lo que lleva a considerar que los elementos superficiales que puede contener un programa o serie infantil, en realidad no son garantía de que sean contenidos de calidad, por lo que se recomienda un análisis más profundo de qué es lo que niñas y niños están realmente viendo.
Es fundamental evaluar también que, por ejemplo, las caricaturas son muy diferentes a lo que eran en años anteriores, los avances tecnológicos han llevado anuevas formas de animación como el 3D, y la accesibilidad a una paleta de colores más amplia y vibrante a lo que anteriormente se podía tener.
Pero ¿qué es un programa sobre estimulante?
A decir verdad, las pantallas han fungido en infinidad de ocasiones como una “niñera instantánea o electrónica”, brindando un respiro a los padres de familia y/o cuidadores, logrando tener a niñas y niños “quietos” por un rato. Sin embargo, abusar de esto puede tener consecuencias contraproducentes en la mente de los pequeños, principalmente de menores de tres años de edad.
Programas infantiles como CoComelon, Ms. Rachel y Paw Patrol, parecieran ser inocuos, sin embargo al analizarlos, se puede observar que cuentan con elementos clasificados por expertos como programas de “alta estimulación”, y que les permite captar la atención de los niños y niñas de manera casi instantánea.
Entre los elementos a considerar para que una serie infantil sea de alta estimulación se encuentran:
Al realizar un análisis de este tipo de programas, llama la atención que niñas y niños literalmente “no quitan los ojos de la pantalla”, y aparentemente se ven concentrados, la realidad está en que hay tantos incentivos de colores, movimientos y sonidos que suceden al mismo tiempo que su cerebro es forzado a trabajar más rápido para procesar todos los estímulos que está recibiendo. Por lo que en cuanto la serie termina, su cerebro continuará trabajando, pero ahora sin estímulos, lo que puede hacer que experimenten emociones negativas como la desesperación, el enojo o el aburrimiento una vez que la pantalla se haya apagado.
¿Cuáles son los posibles efectos de series sobre estimulantes?
La psicóloga estadounidense Zabina Bhasin, especialista en infancias y adolescencias, señala que “la constante exposición a estas series puede verse reflejado en lo siguiente:
Comportamiento: El cerebro de los infantes, al no estar estimulados constantemente como pasa con este tipo de series, pueden tener actitudes irritables, agresivas y hostiles al no tener la gratificación instantánea que estos les brinda.
“Los pequeños necesitan tener su dosis de aburrimiento. Les enseña a manejar su frustración y controlar sus impulsos. Si los niños están acostumbrados a ser estimulados por las pantallas, olvidarán cómo valerse por sí mismos u otros para entretenerse. Esto lleva a la frustración y entorpece la imaginación y la motivación”.
Autorregulación emocional: La Dra. Bhasin compara los estímulos mencionados anteriormente con una droga, por lo que esa actitud compulsiva es como si fuera un síntoma de abstinencia; y siendo tan pequeños, será difícil que puedan controlar sus emociones. Esto también puede llevarlos a tener ansiedad y dificultar sus habilidades de adaptación al cambio.
Capacidad de atención: Como se mencionó anteriormente, estos programas de televisión tienen todos los elementos necesarios para que niños y niñas literalmente “no despeguen sus ojos de la pantalla”, esto se logra por el ritmo acelerado de este tipo de contenido también dificultará a los menores tener la paciencia necesaria para interactuar con su entorno y llevar a cabo actividades más tranquilas que requieran su concentración tales como colorear, socializar o escuchar un cuento, las cuales son actividades esenciales en estas etapas de la vida para que puedan desarrollar su imaginación y otras habilidades cognitivas.
Es importante tener en cuenta que, mientras las series televisivas o en plataformas pueden brindar a niñas y niños nuevos conocimientos, canciones, valores, etc., la interacción con sus pares y otras personas, así como las experiencias que tenga con su entorno seránla primera fuente de aprendizaje. El contenido de las pantallas es tan solo una fuente de apoyo que será más efectivo si familiares y cuidadores saben distinguir aquellos programas que aporten significativamente al desarrollo integral de niñas y niños. Si bien no se trata de evitar por completo el ver este tipo de programasde alto estímulo, se recomienda favorecer la convivencia con familiares y otros adultos, estableciendo límites de tiempo, ver el programa con los niños y preguntarles acerca de lo que observan, para reforzar sus habilidades sociales y de habla.
Asó, lo que aparentemente puede ser solamente un momento de distracción, podría para tener consecuencias negativas, dañando las actitudes y procesos cognitivos de niños y niñas. La moderación, como en muchas otras áreas, es clave, y para el tiempo en pantalla y series de televisión esto no es excepción. Padres, madres, familiares y cuidadorestienen la responsabilidad de gestionar el tiempo en pantalla de los más pequeños, así como también observar, reflexionar e informarse constantemente sobre el contenido que estos consumen con el objetivo de proteger su equilibrio personal integral.