La Ciudad de México tiene una historia milenaria donde sus habitantes jamás han dejado de luchar por la justica, la libertad y la igualdad, señaló la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, durante evento por los 500 años de Resistencia Indígena.
Me siento orgullosa de nuestro pasado y nuestro porvenir y estoy comprometida a defender esta nuestra grandeza milenaria y a reivindicar la resistencia para convertirla en la riqueza del presente y el futuro de nuestra ciudad».
La mandataria capitalina rememoró las edificaciones mexicas establecidas en aquel tiempo.
Vale la pena imaginar lo que había en ese espacio en esta tierra hace mas de 500 años, a unos metros de donde nos encontramos hoy se erguía el centro ceremonial de Tenochtitlan, dominado por el Templo Mayor, una pirámide con dos templos dedicados a los dioses Tláloc y Huitzilopochtli y que para los mexicas representaba el Coatepetl, la montaña sagrada que almenaba la lluvia, los rayos y las semillas multiplicadoras de la vida.
Destacó que, los mexicas contaban con escuelas, recintos para los sacerdotes y guerreros, juego de pelota y otras estructuras religiosas como el templo de Quetzalcóatl.
Fray Bernardino relata la presencia de 78 edificios dentro de la gran plaza principal de Tenochtitlan, la Ciudad de los Lagos, el Templo Mayor estaba separado del resto de la ciudad por una gran plataforma con escalinatas hacia ambos lados y de él partían las tres grandes calzadas que a su vez comunicaban la ciudad con tierra firme. Hacia el sur Iztapalapa, hacia el poniente la de Tlacopan, Tacuba y al norte la de Tepeyac».
Esa historia fue cortada, tuvo un vuelco hace 500 años… se trata de debatir, de poner en el centro lo que significó la invasión española, lo que significó esa ruptura que impuso una visión dominante desde occidente, que trajo una pandemia la viruela que acabó con miles de los pobladores originarios, la caída de México-Tenochtitlan, la captura del ultimo Tlatoani Cuauhtémoc y los 300 años de Colonia posterior nos hacen al menos cuestionar de fondo la idea que durante mucho tiempo pretendió ser dominante de lo civilizatorio…”
Señaló que los únicos que tenían acceso permanente al recinto sagrado eran los sacerdotes, guerreros, gobernantes y estudiantes, la gente común solo tenía permitida la entrada durante la celebración de las fiestas cívico religiosas.
La mandataria capitalina acompañó al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza el evento en el Zócalo de la Ciudad de México.
Además están presentes la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el canciller mexicano Marcelo Ebrard, así como otros miembros del gabinete e invitados.