La forma de vida que el expresidente Enrique Peña Nieto tuvo en la ex residencia oficial de Los Pinos sigue siendo el tema de mayor interés para los visitantes. A casi un mes de su apertura, el nuevo espacio cultural de la Ciudad de México ha recibido a 340 mil personas y ya le han hecho sus primeras adecuaciones.
De acuerdo con las autoridades culturales el Complejo Cultural Los Pinos estaría exento de ambulantes; sin embargo, en la entrada de Molino del Rey, cercana al metro Constituyentes, se ofertan alimentos para los usuarios. Por ejemplo, un señor vende paquetes de cuatro galletas a 15 pesos, hay un carro de paletas de hielo, y se venden botellas de agua. Hasta ahora no hay señales de prohibición ni elementos de seguridad que inhiban el comercio.
En el interior del Complejo, el letrero «Bienvenido pueblo de México a Los Pinos», ha sido retirado luego de que en esta semana se observó dañado y sin la decoración de las flores de Nochebuena. La Explanada Francisco I. Madero que se caracteriza por su amplio jardín, desde hace unos días miembros del Ejército prohíben el paso a esas áreas verdes.
En frente de esa explanada está el monumento a los héroes de «La batalla del Molino del Rey», escenario elegido por la gente para tomarse la fotografía del recuerdo. Ahora, los visitantes no pueden subirse a la estructura como en un principio y los militares velan la zona.
El acceso de alimentos y bebidas se ha restringido. En la puerta tres, lugar de acceso a la Casa Miguel Alemán, la gente debe dejar en contenedores de basura sus recipientes.
Otra de las nuevas prohibiciones es el acceso de carriolas. Aunque el aviso se da hasta después de acceder por los detectores de metal y hacer largas filas para entrar a la antigua residencia presidencial.
Adentro de la Casa Miguel Alemán es visible otra modificación con la que se pretende proteger el tapete que está colocado en el comedor de 28 sillas, fue doblado para que las personas no lo pisen.
Las personas tampoco podrán seguir alimentando a la veintena de peces carpa que están en el estanque ubicado frente a la casa Miguel Alemán. Para prohibirlo, se colocó un letrero: «Favor de no arrojar ni monedas ni alimentos a los peces».
Más adelante se encuentra la Casa Lázaro Cárdenas, que en un inicio sólo tenía disponible la planta baja, ahora los visitantes pueden acceder al primer piso, donde es posible apreciar baños, salas y despachos amueblados, así como pinturas firmadas por un artista de apellido Estrada.
Si bien se han hecho diferentes modificaciones para el recorrido por el Complejo Cultural Los Pinos, se han realizado conciertos y proyecciones, a casi un mes, la Secretaría de Cultura aún no anuncia el proyecto ni ha especificado cuál será el presupuesto para dicho espacio.
Con información de El informador