lunes, 1 de julio de 2024.

López lo ordenó y la Guardia Nacional irá a la SEDENA

26 de junio de 2024
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Sin lugar a dudas el tema de la inseguridad en nuestro querido México, es uno de los de mayor importancia y preocupación por los nefastos resultados que la disque estrategia de López “Abrazos No Balazos” ha sido un total fracaso teniendo como resultado que el país esté en un total Caos de violencia e inseguridad. Es por ello que llama mucho la atención la declaración de Claudia Sheinbaum, la virtual próxima presidenta de México, de respaldar la iniciativa de reforma constitucional que adscribe a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional; anticipando que trabajará en su fortalecimiento a partir del 1 de octubre, y consolidando como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que ya está en puerta en el Congreso de la Unión. Ante lo cual de quien surgió esa Ocurrencia, López, celebre lo afirmado por Sheinbaum externando, “Ya se pueden imaginar el gusto que me da”.
Es por ello que resulta importante recordar cómo se plasma y surge esta Ocurrencia por parte de López, y fue en el 2018 durante la realización de los diálogos por la democracia de la Universidad Iberoamericana, llevados a cabo en el Museo de la Memoria y Tolerancia, y estando presente, López siendo todavía candidato a la presidencia, fue entrevistado por Pablo Reyna y Helena Varela le preguntaron si llegara a ser presidente, ¿los militares regresarían a los cuarteles o no?’ y éste contestó “ni sí, ni no; o sea, regresan y no regresan”. Y Pablo Reyna le cuestiona ¿cuál será el papel de los militares en su gestión, de la Sedena’, contestando López “sí, no regresan a los cuarteles, pero tendrán una capacidad de, digamos, de desarrollo, de desempeño, en términos de seguridad, que va a ser importante”. Y a unos días de ser electo presidente, López anunció la creación de una Guardia Nacional, asegurando que sería de corte civil, una policía administrada por organismos civiles.
Pero los otros datos nos muestran y demuestran que no fue así, sino conformada, controlada, dirigida y mandada por militares. Es por ello que se hace importante conocer como ha sido el transitar hacia ese capricho en la 4-T.
El 21 junio 2021, la Revista Nexos difundió “La Guardia Nacional a Sedena: escenarios posibles”, destacando que López ya había anunciado su intención de integrar formalmente la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Aunque de acuerdo con su propio anuncio eso no ocurriría de inmediato, dado que implicaba reformas constitucionales que no son su prioridad en el corto plazo, al menos hasta ahora, es conveniente anticipar los escenarios por los que podrían transitar las modificaciones, así como cuáles serían sus implicaciones. Aseverando que el diseño que se aprobó para la Guardia Nacional en marzo de 2019 era todo menos convencional y muy posible que en la práctica no resultara funcional. Ya que si bien es un desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), las plazas, el reclutamiento, las prestaciones y la formación de sus integrantes. algo así como el ADN de la institución, corren a cargo de la Sedena. Algo similar ocurre con su estructura jerárquica: la mayoría proviene de la Sedena toda vez que los requisitos establecidos en la ley de la GN para ocupar estas posiciones resultan restrictivos para quienes no cuentan con carrera militar.
En suma, haber concebido una institución basada en dos sectores distintos, seguridad pública y defensa nacional, con mandatos legales, doctrinas y visiones que no son equivalentes, resulta como cuando se tiene dos jefes: uno de los dos termina por imponerse y la operación se complica innecesariamente. Las instituciones militares encabezan tareas de combate al narcotráfico en nuestro país desde hace ya varios años, muchos más de los que se quiere recordar. Sin embargo, nadie que se pregunte si hoy vivimos en un país más pacífico, con menos homicidios relacionados con este mercado ilícito, podría hacer un balance positivo de los resultados. La evidencia muestra lo contrario. Por lo tanto, es difícil entender la apuesta del presidente como una visión informada para responder al tamaño del problema de violencia homicida que no cesa y que afecta mayoritariamente a hombres y mujeres de bajos ingresos. Si López se apega a su dicho y espera al último tramo del sexenio para avanzar su iniciativa, que en ninguno de los dos escenarios será de tránsito fácil por el Legislativo, estará proponiendo una transformación radical cuya implementación, operación y efectos no tendrá que afrontar. Las consecuencias de tal distorsión en la naturaleza de las fuerzas armadas, y por consiguiente en el servicio de seguridad pública, habrá de encararlas la próxima persona titular del Ejecutivo federal.
INICIATIVA PARA QUE LA GN PASE A LA SEDENA
El 1 de septiembre del 2022, López propuso al Congreso de la Unión, una reforma legislativa que transferiría completamente la Guardia Nacional, creada en 2019 como una fuerza bajo mando civil, a la autoridad de los militares. Lo que sería un cambio drástico para López, dado que en sus inicios pidió que los soldados volvieran a los cuarteles. Y ahora ya como presidente, manda la Iniciativa, cumpliendo su capricho y Ocurrencia. Sin tomar en cuenta los “otros datos” respecto a que, de acuerdo a especialistas en el tema, al pasar la Guardia Nacional a la Sedena, no mejorará la seguridad. Dado que el ejército ha estado desempeñando un papel crítico para mantener la seguridad en las calles desde hace años, mucho antes de que López asumiera el cargo. La Guardia Nacional carece de las capacidades de investigación e inteligencia de una fuerza policial.
Importante recordar que López estableció la Guardia Nacional en 2019, alegando que la policía federal de México era irremediablemente corrupta e incapaz de enfrentarse a los poderosos cárteles de la droga de México. La consagró en la constitución, colocándola bajo la autoridad del aparato civil de seguridad pública.
Los críticos argumentaron que las reformas a la legislación relacionada con la Guardia Nacional (GN) no son necesarias para trasladar su autoridad civil, constitucionalmente establecida, a la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena). Es muy claro el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece primero que la GN es un órgano de carácter civil y que además está adscrito a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana”, opinó la analista Ana Lorena Delgadillo, directora de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD). Siendo muy claro que en cualquier cambio que se quiera hacer de adscripción de la GN a la Sedena tendría pasar primero por una reforma constitucional.
Y después de que sería civil la Guardia Nacional Civil, López afirmó que, de los más de 110 mil efectivos de la Guardia Nacional, más del 80 por ciento provinieron del Ejército y la Marina. Sosteniendo que la Guardia Nacional solo funciona gracias al liderazgo militar que la organizó y las amplias capacidades logísticas de las fuerzas armadas.
El 18 de abril del 2023, nos enteramos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó las reformas que transfieren el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Con ocho votos a favor y tres en contra, el máximo tribunal constitucional tiró una de las propuestas de López, quien impulsó la modificación de cuatro leyes secundarias para que la Sedena maneje la Guardia Nacional, pues los magistrados señalaron que esto vulnera el artículo 21 de la Constitución.
Pero López después de lamentar el fallo, de inmediato dijo que presentará una nueva iniciativa en 2024 para que la GN pase a Sedena;
En el mismo tenor sobre el tema, el 21 abril 2023 en ibero.mx.prensa, se publicó “Guardia Nacional a Sedena: ¿Cómo nos afecta que la policía sea operada por el Ejército?” destacándose lo señalado por el Dr. Rodolfo Gamiño, académico Ibero, del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel I, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cuyas líneas de investigación son Estado, movimientos armados, militarización, violencia política, desaparición forzada y políticas de la memoria y el olvido. ¿Cómo nos afecta que los órganos policiales sean administrados y operados por el Ejército? La respuesta del Dr. Rodolfo Gamiño, fue: “Primero, habría que pensar que, en términos legales o jurídicos, sería un proceso inconstitucional porque la Guardia Nacional viene a ocupar un lugar de una guardia con mando civil y en términos constitucionales, sus funciones operativas serían muy diferentes a las que tendría, por ejemplo, la Sedena. Justamente, ese fue el argumento de las y los magistrados de la Suprema Corte, quienes con ocho votos a favor y tres en contra, frenaron el decreto aprobado por ambas Cámaras del Congreso de la Unión en septiembre de 2022, al considerar que vulnera el artículo 21 de la Constitución, el cual establece que las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.
Que la GN sea administrada por el Ejército, ¿es un intento de militarización? “Los militares son el último reducto de la soberanía del país y su acción, en términos de seguridad, debe ser en contextos excepcionales como guerras, invasiones o programas de bienestar como el Plan DNIII, en acciones humanitarias y en desastres naturales”, y agrega el Dr. Gamiño, que “las facultades que se han dado a las fuerzas armadas desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador han sido desproporcionadas y es a histórico, ni con el PRI en sus mejores épocas, se hubiera pensado en un proceso de militarización legalizada, porque eso es y hay que decirlo”.
Entre los riesgos de poner un mando castrense al frente de las fuerzas policiales, el Dr. Gamiño menciona dos: El primero, “los grados de impunidad en las acciones extrajudiciales, al meterse al Ejército, estarían mucho más blindadas y segundo, se entregaría a las Fuerzas Armadas, en este caso a Sedena, un presupuesto desproporcionadísimo, más del que ya se tiene, que ahora administran sectores portuarios, aéreos, son constructores, son diseñadores, etcétera, y ese también es un riesgo que constitucionalmente es incoherente”.
Y advierte “si lo que hicieron la Dirección Federal de Seguridad y los militares en la Guerra Sucia, que tenías más de 600, 700 desaparecidos, en ese momento era ilegal, es volver legal lo que en ese momento se hizo de manera ilegal y eso es terrorífico y escalofriante pensarlo, pero no se ve manera de que, al menos en lo que queda de este gobierno, los militares vayan a perder el poder y el problema ahora va a ser cómo se los vas a quitar. El problema es que entregar la Guardia Nacional a las fuerzas militares es una extensión de una ‘militarización legalizada’ en todos los reductos del país y eso todavía tiene más riesgos, como decíamos, más allá de la violencia, de las violaciones a los Derechos Humanos, ejecuciones extrajudiciales y como es legal, ya no sería impunidad, están en su derecho, en decidir qué es excepcional y qué es regla y en función de eso hacer lo que quisieran”.
Ante esta cruda y peligrosa realidad, Claudia Sheinbaum continuará con ese capricho y Ocurrencia de López. La gran duda es ¿lo hará a motu proprio, o por imposición y orden de López? Usted que opina estimado lector.

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