Enfoque Educativo con Laura Águila Franco
@laura_aguila
Comencemos con un dato principal para introducirnos al tema: ¿qué es la educación en valores?
Fundamentalmente, es un proceso de aprendizaje que busca inculcar principios éticos y morales en los niños y niñas para que se conviertan en ciudadanos responsables, conscientes y éticos; ayuda en la formación de ciudadanos que sean capaces de asumir nuevos retos y comprometerse en la construcción de un mundo más justo, inclusivo, equitativo e intercultural. A través de la educación en valores promueve la tolerancia y el entendimiento más allá de las diferencias políticas, culturales y religiosas, resaltando la defensa de los derechos humanos, la protección de las minorías étnicas y de los colectivos más vulnerables, así como la conservación del medio ambiente.
Po lo tanto, la educación en valores es un proceso continuo que inicia desde la infancia y nos acompaña a lo largo de toda la vida.
Educar en valores es competencia de todos, no solamente a los centros escolares, da comienzo en el interior de la familia, y se continúa en escuelas de educación básica, las universidades, centros laborales, en ambientes deportivos, etc., es por ello que países como Australia y Reino Unido contemplan la educación en valores dentro de la enseñanza obligatoria desde hace años. La importancia de la educación en valores ha impulsado en las escuelas europeas materias como Educación para la Ciudadanía, y en 2017 ya formaba parte del currículo educativo nacional de todos los países de la Unión Europea (UE) analizados por la red Eurydice, ya fuera como contenido transversal, asignatura independiente o integrada en otros programas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) también evalúa a escala global, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el nivel de implantación de la Educación para la Ciudadanía Mundial (ECM) en las políticas educativas nacionales, los programas y planes formativos, la preparación del profesorado y la evaluación de los estudiantes.
Es relevante considerar los principales ejes a abordar desde la perspectiva de la educación en valores:
Se considera apremiante trabajar en la educación en valores desde edades tempranas, para ayudar a formar personas con habilidades sociales y emocionales, además de académicas, puesto que los valores son una parte integral de una educación adecuadamente estructurada y son clave para el desarrollo personal y social de las y los estudiantes, para que tengan la oportunidad de transformar su entorno, no solamente prepararlos el mercado laboral, sino también para la vida en general.
¿Cómo trabajar los valores en el ámbito escolar?
Para trabajar los valores en los centros escolares, se pueden plantear actividades como el análisis de casos concretos, es decir, se puede exponer la historia de una persona que huye de la guerra, que sufre acoso escolar o que pasa por un trastorno de la conducta alimentaria, esto acorde al nivel educativo. A medida que enfrentan retos como el cambio climático, la desigualdad social y la desinformación, la importancia de los valores como la ética, la responsabilidad y el respeto mutuo se hace más evidente.
A través del diálogo abierto, fomentando un ambiente donde los niños, niñas, adolescentes y jóvenes,puedan expresarse libremente, dando oportunidad para que abran las puertas a la comprensión y al respeto mutuo.
Los proyectos colaborativos, son un importante recurso, retomando el hecho de que la mejor manera de aprender es haciendo. Los proyectos de grupo también enseñan habilidades como la colaboración, la resolución de conflictos y la empatía.
Como puede observarse, los valores no son una adición opcional al currículo; son una parte integral de un proyecto educativo organizado y estructurado de manera integral, desde las matemáticas hasta las ciencias sociales, cada asignatura o área de conocimiento, ofrece oportunidades para explorar y aplicar valores relevantes, ya que, como se mencionó anteriormente, son la base para formar a las personas no solamente en habilidades académicas, sino también sociales y emocionales, ya que la educación en valores tiene el potencial de generar un impacto duradero en las y los estudiantes, influenciando sus decisiones, comportamientos y relaciones a lo largo de sus vidas.
Desde el papel que tengamos en la sociedad, sea como ciudadanos, docentes o padres de familia, es una responsabilidad colectiva asegurarnos de que la generaciones que se están formando, no lo hagan únicamente con conocimientos académicos, sino también con un fuerte sentido de ética, para que cuenten con las habilidades necesarias para afrontar con éxito los desafíos diversos y constantemente cambiantes de la sociedad actual.