La Arquidiócesis de Acapulco y la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa exigieron a la Fiscalía General de Guerrero determinar a qué grupo delictivo pertenecía el sacerdote Germaín Muñiz García, uno de los párrocos asesinados el lunes pasado luego de acudir a un jaripeo en Juliantla, Guerrero; asimismo, solicitaron no hacer señalamientos simples, sino ofrecer pruebas.
“Exigimos a la Fiscalía una copia completa y certificada de la investigación que sustentan los dichos declarados, ya que como fiscal (Xavier Olea) tiene la obligación de esclarecer la realidad de los hechos, sustentándolos en pruebas fehacientes y verídicas”, señaló la diócesis en un comunicado de prensa.
El fiscal Olea comentó que el religioso Muñiz García, asesinado en la carretera Taxco-Tehuilotepec, junto con Iván Añorve (en una camioneta blanca), fue identificado como integrante de un grupo delictivo que opera en la zona de Mezcala.
Al respecto, la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa indicó que Muñiz García no estuvo vinculado a grupo delictivo alguno y que él tenía conocimiento, por la naturaleza misma de su trabajo pastoral, de la operación de algunos grupos en esa zona, pues como párroco y persona pública debía desplazarse por la localidad donde estaban asentados los delincuentes.
Por separado, la Arquidiócesis de Acapulco agradeció a las autoridades su ayuda para realizar los trámites para el traslado de los cuerpos de los dos sacerdotes asesinados, así como por el cuidado de los tres acompañantes que resultaros heridos y sobrevivieron durante el ataque.
Mediane un comunicado, descató que es extraño que personas de grupos delictivos diferentes que habrían coincidido en el jaripeo, portando armas, hayan convido en el baile sin que se registrara incidente alguno.
Respecto a las fotografías donde aparece el ministro de culto con supuestos criminales, indicó que éstas fueron tomadas hace un año.
También pidieron sumar esfuerzos para que se conozca la verdad y se actúe con justicia y para orar por por el eterno descanso de los padres y el consuelo de sus familias.
El domingo pasado, los dos sacerdotes más tres acompañantes salieron de Mezcala, aproximadamente a las 19:00 horas con dirección a Taxco, donde hicieron una parada en el hotel Argento, solicitando dos habitaciones en las cuales dejaron sus maletas y se dirigieron hacia la población de Juliantla donde acudieron al baile y jaripeo en el que partició el grupo Bronco.
Según testigos, existió un conflicto durante el baile, entre integrantes de un presunto grupo delictivo con personas que acompañaban a los sacerdotes.