Efectos negativos por exposición a pantallas en niños
Enfoque Educativo con Laura Águila Franco
@laura_aguila
Con el auge de la tecnología, se ha normalizado el uso de pantallas prácticamente en todas partes, por lo que organizar o verificar el tiempo real que un menor pasa frente estos dispositivos, ya sea con fines educativos o simplemente por distracción, puede ser complicado,principalmente porque diversas investigaciones han arrojado datos sobre los efectos adversos de la prolongada exposición a los mismos.
La Clínica Mayo (Rochester, Minnesota), señala que “la exposición prolongada a pantallas en la niñez puede tener consecuencias físicas y emocionales”,resaltando las siguientes:
Consecuencias físicas: obesidad, sedentarismo, problemas de visión, dolores de cabeza, fatiga.
Consecuencias emocionales: problemas de conducta, trastornos de sueño, depresión infantil, ansiedad, conductas suicidas.
Consecuencias cognitivas: retrasos en el desarrollo del lenguaje, retrasos en el desarrollo de habilidades sociales, problemas de atención. Encontrándose también que el tipo de contenido que visualizan los niños también, ejerce impacto en su desarrollo emocional.
Un dato importante, es la NO recomendación de utilizar pantallas en bebés menores de 18 meses, debido a los resultados desfavorables en el desarrollo de niños y niñas.
La Asociación Americana de Pediatría (AAP), no recomienda el uso de pantallas en bebés menores a 18 meses.
UNICEF ( Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), también resalta el “restringir el uso de pantallas en niños para proteger su desarrollo y salud”, considerando que el uso excesivo puede:
La OMS (Organización Mundial de la Salud),advierte sobre el hecho de evitar el uso de pantallas en bebés menores de 12 meses porque puede afectar su desarrollo. “La exposición a pantallas en esta etapa puede causar problemas de conducta, retrasos en el lenguaje y en las habilidades sociales”.
En México, con base en datos del INEGI (Instituto Nacional de Geografía y Estadística) hay 4.05 millones de viviendas que cuentan con una consola de juego, 30.8 millones tienen acceso a celulares y 18.3 millones utilizan una conexión a internet, lo cual implica la necesidad de monitorear el tiempo y uso de la exposición a las pantallas, con la finalidad de evitar el desarrollo de una posible adicción a las mismas.
A la edad de 2 años, los niños pueden beneficiarse de algunos tipos de tiempo frente a la pantalla, como los programas con música, movimiento e historias. Al ver ese contenido juntos, puedes ayudar a tu hijo a entender lo que está viendo y aplicarlo a la vida real. Sin embargo, el tiempo de pantalla pasivo no debe reemplazar la lectura, el juego o la resolución de problemas.
El Dr. Hugo Sánchez Castillo, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, sostiene que “el uso prolongado de pantallas y la luz que utilizan generan una conexión con el sistema nervioso que podría provocar el aumento o disminución en la producción de hormonas en el cuerpo de los menores”, ya que una de las cuestiones que permiten la maduración de nuestro cerebro es justamente el ritmo circadiano”.
Por lo que, en el caso particular de los menores, la exposición continua al brillo de las pantallas durante estas etapas de desarrollo, genera que los niveles de melatonina (hormona que se regula por la luz, generalmente por el sol) y los marcadores ambientales (reguladores del sistema nervioso) sean alterados, generando así trastornos en los horarios de sueño.
Sin embargo, la realidad es que es poco factible aislarnos del uso de la tecnología, y limitar a las y los niños el contacto con la misma, por lo que lo más recomendable, es tratar de asegurar la calidad del tiempo frente a la pantalla, por lo que los expertos en el tema aconsejan:
Recordemos:
Proyectar videos o programas infantiles mientras los niños están tomando sus alimentos, favorecerá que el cerebro deje de “prestar atención” a los hábitos alimenticios que se están construyendo, puesto que la atención se centrará en la pantalla, ignorando todo lo demás, y al no registrarse las señales naturales de saciedad que envía el cuerpo, la tendencia será aumentar la probabilidad de comer en exceso, y desarrollar una dependencia emocional hacia las pantallas para realizar la ingesta de sus alimentos.
Reducir el tiempo que se pasa frente a una pantalla, generará un profundo impacto en la salud y bienestar general, considerando una mejor calidad del sueño,menor fatiga visual una mejor postura, menor riesgo de obesidad y desde luego, una mejor salud mental, desarrollando habilidades sociales más sólidas y vínculos más fuertes con sus padres.
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