Cubrebocas exclusivos, revestidos en seda y con delicados diseños acabados a mano son la propuesta de una joven diseñadora chilena para evitar que las novias tengan que ponerse mascarillas quirúrgicas en un día tan especial como su boda.
“La mascarilla se inspira en el detalle de sus propios vestidos. La idea es que se guarde como una joya, como un recuerdo de este tiempo que nos va a dejar tantos aprendizajes”, dijo a Efe, Andrea Fachin.
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En ese difícil equilibrio entre estética y seguridad sanitaria para evitar la propagación del COVID-19, la joven explicó que los cubrebocas tienen tres capas: una exterior de seda y pedrería, una intermedia impermeable y otra de algodón para evitar la irritación de la piel.
Durante el segundo trimestre del año, el PIB chileno se desplomó un 14.1 por ciento, la mayor caída desde 1986, y en los últimos meses se perdieron cerca de 1.8 millones de empleos.
Con información de EFE