Carga Cognitiva: cómo optimizar el proceso de aprendizaje
Enfoque Educativo con Laura Águila Franco
@laura_aguila
John Sweller, psicólogo educativo de origen australiano y actual profesor emérito en la Universidadde Nueva Gales del Sur, en Sidney diseñó un modelo teórico en 1988, que sugiere que “el aprendizaje es más óptimo cuando las condiciones del mismo están alineadas con la arquitectura cognitiva humana, ya que la carga cognitiva representa el esfuerzo utilizado en la memoria de trabajo”.Básicamente lo que Swellwer plantea en su teoría, consiste en proporcionar las pautas que sea adecuadas para presentar la información y las actividades a las y los estudiantes, para ayudarles a optimizar su rendimiento intelectual.
Para comenzar, hay que tener presente que el proceso de aprendizaje lleva implícita la transferencia de información a la memoria a largo plazo, para lo cual el cerebro procesa dicha información en la memoria de trabajo. De este modo, la teoría de la carga cognitiva señala que, si la memoria de trabajo está “sobrecargada”, el contenido a aprender se interpretará erróneamente, es decir, no será comprendido y, en consecuencia, no se codificará eficazmente en la memoria a largo plazo, por lo que el aprendizaje no llegará a consolidarse. Desde esta perspectiva, para lograr una codificación efectiva, “se requiere que la información se almacene en la memoria a largo plazo en forma de “esquemas” que básicamente son las estructuras cognitivas constituyen el conocimiento” (Sweller, 1988).
Estos “esquemas” (estructura general de conocimiento utilizada para la comprensión) permiten organizar el conocimiento de forma tal que pueda ser aprovechado en el futuro para procesar nueva información, buscando relacionarla con esquemas ya desarrolladosy reduciendo así la carga cognitiva, de este modo, el aprendizaje se maximizará.
Si bien la memoria de trabajo, o “memoria operativa”es limitada en la cantidad de información que es capaz de procesar, la memoria a largo plazo, por el contrario, es ilimitada y prácticamente todo lo que se transfiere a ella queda codificado y registrado en el cerebro, que forma nuevas conexiones neuronales para mantenerla activa, aunque esto no significa que toda la información almacenada puede ser recuperada en el momento preciso que se desea hacerlo.
Así, desde la perspectiva de la teoría de la carga cognitiva, estos esquemas tienden a reducir la carga de la memoria de trabajo, debido a que esta opera únicamente con tres o cuatro elementos de información de manera simultánea, por lo que la información agrupada o concentrada por esquemas, reduce que la memoria de trabajo se sature.
Pero, ¿qué ocurre cuando el cerebro se satura de información?
Una de las primeras manifestaciones se da cuando se presenta dificultad ara concentrarse debido a que se está “pensando en demasiadas cosas a la vez”, lo cual genera estrés y ansiedad, y en un mundo tan agitado como en el que vivimos, cargado de estímulos, llegamos a saturarnos, lo cual repercute en la capacidad para entender y resolver problemas, así como tomar decisiones y la regulación de las emociones también se ve afectada.
La Doctora Vicenta Reynoso Alcántara, profesora de la FEZ Iztacala de la UNAM, refiere lo siguiente respecto a la carga cognitiva: “Procesar la información implica percibirla, es decir, que nuestros órganos detecten todo lo que hay en nuestro alrededor, todo lo que oímos, lo que sentimos, lo que vemos, lo que recordamos. Es muchísima información la que procesamos”.
Se conoce que existen dos tipos de cargas cognitivas, la intrínseca y la extrínseca. La primera de ellas se relaciona con la dificultad del contenido (una información sencilla tiene poca carga y una información compleja tiene una mayor carga) y la segunda, con el contexto de aprendizaje, es decir, con la forma en la que organizamos y presentamos la información.
La Doctora Reynoso continúa explicando “Mientras más eficientes seamos para procesar información más recursos vamos a tener para asignar al procesamiento y a esto lo llamamos la carga total, cuando ésta excede los recursos con los que contamos, se ve afectado el proceso de aprendizaje”. Cuando la cantidad de información que se recibe es amplia y no se cuenta con capacidades de organización, la carga cognitiva se hace presente, generando a su vez que el procesamiento de información en la memoria de trabajo no se realice eficientemente, y llegue a la memoria a largo plazo de manera errónea, y como de manera puntual señala la Doctora Reynoso, “el aprendizaje se da justamente cuando podemos mandar esta información, que acabamos de procesar, a nuestra memoria a largo plazo”.
Actualmente, las investigaciones en el área llevan a resultados de que la sobrecarga cognitiva se encuentra relacionada con la idea del multitasking, es decir, con realizar múltiples tareas a la vez, situación que provoca que el procesamiento de la información no sea eficiente, y por lo tanto haya mayor probabilidad de que se produzca la saturación cognitiva.
Síntomas de la saturación o sobrecarga cognitiva:
¿Qué se puede hacer para evitar la carga cognitiva?
Se conocen algunas actividades sencillas que pueden tener un efecto positivo para evitar o disminuir la sobrecarga cognitiva, como las que se mencionan a continuación:
Como puede verse, corresponde a cada persona identificar las estrategias para evitar la sobresaturación cognitiva, y creando una red de apoyo, compartir estrategias para que más personas logren identificar si cursan por ella, y poder disminuirla.
Y tú, estimado lector, ¿cursas o has cursado por la sobresaturación cognitiva?
Aquí queda una frase para reflexionar:
“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria”. (Daniel Goleman)