De acuerdo a lo que afirma el presidente electo, de la Mafia del Poder, cuando estos era mayoría aplastante en las cámaras, los partidos de oposición siempre eran los que ponían la mala nota en las sesiones legislativas. Ya fuera por tomar la tribuna, colocar mantas, gritar, insultar, abandonar la sesión, sólo para llamar la atención porque finalmente, al ser minoría, nunca lograban imponerse en votaciones.
Basta recordar a Marco Rascón, que hace unos meses fue candidato a jefe de gobierno, cuando era perredista, se colocó una máscara de cerdo durante uno de los informes presidenciales de Ernesto Zedillo, para interrumpir dicho informe.
Y qué decir cuando introducían de contrabando mantas que en determinado momento las sacaban en plena sesión. O se ponían a gritar, insultar y hasta a retar a golpes a otros legisladores. Estos actos siempre lo hicieron los partidos como PRD, PT, Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano).
Y ahora que los tiempos cambiaron, la que antes era la oposición, hoy es una mayoría abrumadora, pero sigue haciendo lo mismo, actos que dan vergüenza en un recinto donde deben ir a legislar, a debatir, a crear y aprobar leyes, no a insultarse como si estuvieran en una cantina o mercado de barrio. No han aprendido nada y mucho menos a tener respeto por lo que representa su lugar de trabajo y sus representados que a través de los votos, los llevaron a esos cargos.
Desde que inició la presente legislatura, tanto en la Cámara de Diputados, Senadores, Congreso de la Ciudad de México y en no pocos congresos estatales, siendo que en todos ellos Morena y sus aliados, PT, Movimiento Ciudadano y PES, son mayoría, siguen mostrando y demostrando su falta de madurez política, educación y respeto para el propio cargo que desempeñan. Porque si creen que estar gritando a cada rato “es un honor estar con Obrador”, los hace quedar bien ante la ciudadanía, están muy equivocados, ya que lo único que demuestran es que el presidente electo les tiene el pie encima sometidos como lacayos.
Que mejor muestra de ello, lo sucedido en la sesión de la semana pasada en la Cámara de Diputados, cuando al aprobarse en lo general los cambios a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, los gritos de los legisladores se dividían entre “Es un error tener un dictador” y “Es un honor estar con Obrador”, cuando lo que importaba era poner atención a lo que se estaba aprobando como la creación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, los delegados estatales, representantes del Ejecutivo en los estados, entre otros cambios más.
La hoy oposición, cuando dichos cambios se aprobaron, sacaron una manta con la leyenda “#NoALaDictaduraObradorista”, que mostraba una fotografía de López Obrador con una boina como la usaba Hugo Chávez, teniendo de fondo los colores de la bandera de Venezuela.
Asimismo, legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) y de Morena se enfrentaron porque los panistas llevaron un “regalo de cumpleaños” al presidente electo AMLO, que era una gran caja envuelta en papel guinda con un moño donde se leía: “autoritarismo, control, virreyes, ignorancia, incertidumbre, centralismo”.
En el mismo tenor, Adriana Dávila del PAN, subió a tribuna para anunciar: “Hoy empieza la era de la dictadura lopezobradorista”. “No distinguen la inteligencia civil de la inteligencia policial”, argumentaba la legisladora, en tanto sus compañeros panistas, colocaban el regalo frente a los legisladores de Morena, los cuales más que enojados, forcejearon con los panistas para intentar retirar la caja, sin que cesaran los gritos en contra de lo que la legisladora hablaba afirmando: “Van por la creación de una guardia nacional que no es más que el reclutamiento de jóvenes para ser adoctrinados para estar al servicio no de la Nación, señores, no de México, sino de López Obrador que dice: ‘el pueblo soy yo’”, Denunciando, “Esta reforma los llevará directamente al fracaso”, acompañada de los gritos “¡No al dictador, no al dictador!”, contrarrestando los de Morena con: “¡Es un honor estar con Obrador!”.
El pobre de Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, quizás por sus apellidos Fifís, nadie le hacía caso, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva, llamaba al orden argumentando: “Perdón, perdonen, estamos en un debate público, no en un concurso de gritos. Ruego a quienes pusieron expresiones materiales que las retiren, según el reglamento. Al personal de la Cámara, que retire las expresiones materiales de acuerdo con el reglamento”. Personal de resguardo de San Lázaro tomó el “regalo” y lo llevó afuera del recinto. Llamando la atención que eso no sucedía cuando PRD, PT, Convergencia eran oposición y minoría.
La defensa del presidente electo no se hizo esperar y en voz del legislador de Morena, Jaime Humberto Pérez Bernabé les recetó: “Andrés Manuel no necesita este tipo de regalitos, el pueblo de México le dio el mejor regalo: 30 millones de mexicanos decidieron hacerlo su presidente, siendo el ciudadano más votado en toda la historia de este país”.
Y no podría faltar el decano de los diputados, quien ha hecho de ser legislador, el mejor negocio del mundo, Pablo Gómez, quien en lugar de ayudar a su jefe AMLO, lo exhibió al señalar: “La acusación principal es que el presidente entrante pretende controlar la administración pública. Señor diputado, yo entiendo que usted es una persona bastante dogmática, oscurantista, pero no haga alarde de su ignorancia: un presidente de la República tiene la función principal de dirigir y, por lo tanto, controlar la administración público federal, ese es su trabajo, entiéndanlo”.
Tras la aprobación, 305 con votos a favor, 97 en contra y 62 abstenciones, el pleito entre panistas y de Morena, continuó, razón por lo cual, Don apellidos Fifís (Porfirio) decidió mejor dar por terminada la sesión.
Así fue la sesión en la Cámara de Diputados, vislumbrándose en lo que será un día sí y el otro también estos tres años. Cruda realidad.