Un estudio publicado este lunes en “Nature” relaciona una mayor duración de los días en la Tierra, al ralentizarse la rotación del planeta a lo largo de la historia, con una producción de oxígeno más elevada por parte de microorganismos.
El equipo liderado por Judith Klatt, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), ha comprobado que la duración del día, que no siempre ha sido de 24 horas, sino que ha variado en función de la atracción ejercida por la Luna, influye en la capacidad de los microbios de generar oxígeno.
Casi todo el oxígeno de la Tierra se produce a través de la fotosíntesis, que fue “inventada por minúsculos organismos, las cianobacterias, cuando nuestro planeta aún era un lugar bastante inhabitable”, explican los investigadores.
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Sin embargo, esas bacterias evolucionaron hace dos mil 400 millones de años, mientras que la Tierra se transformó “mucho más lentamente en el planeta rico en oxígeno que es hoy”, y es esa aparente paradoja lo que los científicos querían analizar, apuntan.
Klatt y sus colegas investigaron el comportamiento de los microorganismos en una parte de Middle Island, en el lago Huron (EE.UU.), en cuyo suelo hay muy bajos niveles de oxígeno, equiparables a los que existían en la tierra hace millones de años.
Tras analizar la actividad diaria de las bacterias, que empieza con un ritmo bajo por la mañana, vieron que el tiempo para realizar la fotosíntesis “quedaba limitado a solo unas pocas horas de luz al día”.Se plantearon entonces si los cambios en la duración de los días en la Tierra pudieron afectar la fotosíntesis a lo largo de la historia.