jueves, 19 de septiembre de 2024.

¿Realmente López se puede ir con la conciencia tranquila ?

De la manera más cínica, como siempre ha sido, López afirmó en su último desinforme “Me voy tranquilo, la felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo. Al carajo con los que no quieren al pueblo”, cuando la cruda realidad es que deja un país sumido en el Caos de la inseguridad y la violencia, un país en el atraso, un país sin democracia. Ante esa realidad que lo aplasta, son en verdad expresiones de alguien que toda su vida ha mentido, y sin calidad humana.

Y si bien se va dejando un Caos de país, sin lugar a dudas a todo aquel bien nacido, nos duele saber que ha pasado con nuestros jóvenes, quienes no le importaron a López y su nefasta 4-T, teniendo por ello fatales consecuencias con quienes deben ser el futuro de México.

MUERTES Y DESAPARICIONES DE JÓVENES

Si de acuerdo al análisis llevado a cabo por el equipo de Investigación y Datos del Diario El Universal, publicado el 16 de septiembre del 2024, López se puede ir con la conciencia tranquila, en verdad está enfermo, dado que la información nos señala que en el 2006 había 10 asesinatos por cada cien mil personas de 12 a 29 años en todo el país. Y para el 2022, la tasa creció a 28 por cada cien mil. En el caso de las desapariciones, el aumento es aún mayor: en 2006 se encontraba en una por cada cien mil jóvenes, y en 2022 se situó en 29.

Esto nos lleva a la conclusión de que hoy en día es más peligroso ser joven en México que hace 18 años, cuando comenzaba la “Guerra contra el narco”. Resultando que factores como la precarización, el acceso a proyectos de vida, a la salud y la criminalización de las juventudes los hace más vulnerables a ser víctimas de asesinatos, desapariciones, o a ser cooptadas por el crimen organizado.

Resultando que el riesgo de morir o desaparecer para los jóvenes en México AUMENTÓ en los últimos años. Por cada cien mil personas asesinadas o desaparecidas, la tasa de jóvenes siempre es superior a la tasa nacional que incluye a todas las edades.

Pero más preocupante aún, es que la mayor parte de los registros de desapariciones de jóvenes corresponda a mujeres. En el 2013, la tasa de desapariciones de mujeres de 12 a 29 años superósignificativamente a la de los hombres de esta misma edad, al llegar a 32 por cada cien mil mujeres jóvenes, y 22 por cada cien mil hombres jóvenes.

En números absolutos, más de 400 mil personas de todas las edades fueron asesinadas de 2006 a 2022 en México, y se registró la desaparición de más de 200 mil. Cuatro de cada diez víctimas de asesinato o desaparición eran jóvenes de 12 a 29 años. Todos los días asesinaron, en promedio, a 26 jóvenes y 20 desaparecieron.

Gracias al trabajo periodístico de El Universal, los datos surgen de un análisis de las bases de datos de homicidios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), proyecciones de la población de México y de las entidades federativas del Consejo Nacional de Población (Conapo), así como una descarga del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO), realizada por MORLAN, una consultora de análisis de datos.

En el Registro, el gobierno de López asegura que el 65% de las personas registradas originalmente como desaparecidas, eventualmente fueron halladas con o sin vida. Pero en el trabajo periodístico de El Universal, se contabiliza a toda persona que haya entrado al registro debido a las recientes publicaciones periodísticas que documentan inconsistencias en el registro gubernamental de personas encontradas. El registro no considera si las personas desaparecidas fueron localizadas. La descarga de los datos se realizó en diciembre de 2023.

Del total de jóvenes asesinados en el país del 2006 al 2022, el rango en mayor riesgo comprende de los 18 a los 29 años, aunque los casos se acumulan notablemente a partir de los 15 años. Las desapariciones se concentran en un rango aún menor: adolescentes de 13 a 18 años.

Al realizarse el presente trabajo, se llevó a cabo un análisis nacional tomando en cuenta las diferencias estadísticas en todo el país, por lo que se dividió en cinco regiones: Centro, Noreste, Noroeste, Occidente y Sur-Sureste, de acuerdo con la clasificación establecida por el gobierno federal en 2013 para la implementación de la estrategia de seguridad. Los datos fueron contrastados con la visión de especialistas de cada región.

De 2006 a 2022, en todas las regiones del país el riesgo de ser víctima de desaparición fue más alto para los jóvenes de entre 12 y 29 años que para la población de todas las edades. Por su parte, la violencia homicida presentó variaciones en el periodo de análisis. Del 2015 al 2019 las cifras para la juventud fueron superiores en todo el país.

HABLAN ESPECIALISTAS

17 especialistas en violencia y juventudes de cada región del país, entrevistadas para este trabajo, coinciden en que el detonante del incremento de las violencias contra la juventud fue la llamada “Guerra contra el narco”, cuyo origen está en una política prohibicionista. Sin embargo, concuerdan en que el crimen organizado no es el principal enemigo a vencer, sino la violencia estructural que precariza a la juventud.

Si bien, cada entidad federativa tiene dinámicas particulares, los principales factores que vuelven a la juventud mexicana más vulnerable ante la violencia o a ser cooptada por el crimen son la falta de trabajo digno, educación y la falta de proyectos de vida a causa del estancamiento económico y la desigualdad, la desatención de la salud mental, otros problemas de salud como las adicciones y la incapacidad del Estado para tratarlas, la violencia familiar, la criminalización social y de las autoridades, la corrupción y la impunidad.

A nivel nacional, el promedio de escolaridad en el censo 2020 del INEGI fue de 9.7. Eso quiere decir que prácticamente todos los jóvenes en México terminan la secundaria, llegan a la preparatoria y se salen, señala el sociólogo Raúl Zepeda Gil, estudioso del nexo entre las desigualdades socioeconómicas y conflictos en Latinoamérica, y actualmente profesor de la Universidad de Oxford. quien, a través de una investigación con jóvenes privados de la libertad por delitos violentos, encontró que los jóvenes reclutados por el crimen organizado son aquellos que escapan de la precariedad laboral.

Agregando: “En México no tenemos una discusión de trabajo precario, apenas si avanzamos el tema de horas de trabajo y salario mínimo, que yo creo que vamos a una buena dirección, pero no es lo único, falta movilidad social, acceso a vivienda, a todos los derechos sociales”.

El porcentaje nacional de personas jóvenes en situación de pobreza fue de 40% en 2022, de acuerdo con el Coneval. Esta condición implica el rezago educativo, el acceso a la salud y a la alimentación, entre otras variables, frecuentemente señaladas por las y los especialistas consultados como factores de precarización.

Es por ello que el especialista Zepeda, señala que el programa “Jóvenes construyendo el futuro”, la gran apuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para que los jóvenes no tomen el camino criminal, está orientado al primer empleo, y no es la política necesaria contra la violencia, sino la formalización del trabajo y mayores salarios.

Es por ello necesario modificar el mercado laboral vinculándolo con incentivos para terminar la preparatoria, pues actualmente “tres años más de escolaridad después de la secundaria sirven para nada el mercado laboral”.

Otro gran problema para los jóvenes es acceder a la salud mental. De acuerdo con las estadísticas de mortalidad del INEGI, la tasa de suicidio nacional aumentó de 5.3 por cada cien mil personas en 2017, a 6.3 en 2022, y en este último año la mayor incidencia fue entre los 25 y 29 años.

Séverine Durin, quien ha trabajado con jóvenes en Nuevo León, señala que el problema no sólo contempla la depresión, sino el sufrimiento social: “los estragos de la guerra contra el narcotráfico a nivel psicológico no han sido atendidos porque no hay capacidad institucional, no es prioridad. Son poblaciones que no están siendo atendidas, no hay infraestructura suficiente para la grave crisis humanitaria y de derechos humanos que hay en este país”.

Otra problemática de salud que se agrava en contextos precarizados es la casi inexistencia de clínicas públicas para atender adicciones, lo cual puede ocasionar que jóvenes ingresen a “anexos” en los cuales no son tratados adecuadamente. Los especialistas en juventud y violencia también describen un sistema de acoso por parte del crimen y “enganche” para ser reclutados o para acumular deudas. Este fenómeno está relacionado con dinámicas de violencia a nivel micro: desde ser asesinados o desaparecidos por pequeñas deudas, o ser víctimas secundarias por estar cerca de un espacio de consumo, a comprarle droga a una banda que no es del territorio, hasta ser violentados al dedicarse al micro tráfico.

La antropóloga Rossana Reguillo, acusa que el asedio contra la juventud también lo cometen las autoridades y policías que criminalizan y propician la falta de investigación e impunidad, ya que existe una violencia institucional que niega su condición de víctimas, les estigmatiza y convierte en el ‘algo andaban.

Finalmente, en relación a las altas tasas de desaparición de mujeres jóvenes, especialistas a lo largo del país coinciden en que, principalmente, están relacionadas con la violencia de género, feminicida, familiar y la trata de personas.

Por demás patético estimados lectores, todo lo que les afecta y ocasiona a los jóvenes en México, hacerse adictos, delincuentes, asesinos, poniendo en riesgo sus vidas, o peor aún, suicidarse, por falta de apoyo institucional.

Si bien el estudio abarca del 2006 hasta el 2022, lo grave es que de diciembre del 2018 hasta el 2022, ya le correspondía a López haber hecho algo por los jóvenes, pero los datos nos revelan que no fue así. No le importó, y solamente les regaló dinero en sus mal llamados programas sociales, que realmente son compra votos, y nos damos cuenta que de nada ha servido.

¿Se puede ir con la conciencia tranquila López con esta herencia más que deja a Claudia Sheinbaum?, enorme y grave problema, porque de acuerdo a lo que promete, quien dirigirá el destino del país a partir del 1 de octubre del 2024, NADA CAMBIARÁ CON ELLA, TODO SEGUIRA IGUAL QUE CON LÓPEZ.

El infierno que les espera a nuestros jóvenes, gracias a quienes votaron por Moren

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