En este periodo de precampañas hemos escuchado propuestas, miles de spots, pero hasta el momento no recuerdo que alguno de los hasta hoy precandidatos, incluyendo a los disque “independientes” que buscan ser candidatos, hablen de la importancia del voto, del porque hay que votar como ciudadanos, sólo les interesa que voten por ellos.
Inclusive me ha llamado mucho la atención ese spot del Instituto Nacional Electoral (INE) que se refiere a los que buscan ser candidatos independientes y que están en busca de conseguir los votos para lograrlo. En el spot explican los pasos a seguir, que es que le soliciten a los ciudadanos que los apoyen con su voto para ser candidatos, les piden su credencial y que a través de un procedimiento el INE la avala y así pueden firmar. Pero lo que me hizo reflexionar es la parte final donde afirman, que si se le da su firma a un aspirante, eso no compromete su voto. Es decir, no lo obliga a votar posteriormente por él. Entonces ¿como para que le dan la firma? Ya que si a mi alguien que quiere ser candidato me pide que lo apoye y acepto, es porque cuando lo sea contará con mi voto. De otra manera esto será un engaño, farsa, mentira. Ya que hoy te doy mi firma, pero mañana no tienes mi voto. En esa línea, habrá candidatos independientes que no lograran ni siquiera ese mínimo 1 por ciento de votos que les piden para serlo. Y lo más grave que sea el INE quien lo difunda. Lo congruente es que si te apoyo con mi firma tengas la seguridad que el día de la elección votaré por ti, sino como dice aquella estrofa de una canción ¿a que le tiras cuando sueñas mexicano?.
Esto me lleva al tema de hoy, la importancia de saber qué es el voto, qué representa, porqué debemos de votar, lo cual deben informar y promover los partidos políticos siempre, y no solamente cuando vienen las campañas y obvio que voten por ellos.
Necesario conocer y saber que hay tres Leyes para velar por los derechos y obligaciones electorales de los ciudadanos mexicanos, que se abocan a custodiar y regular el desarrollo del proceso electoral y el voto secreto. Es importante que como ciudadano elector, conozcas que la primera ley que respalda el derecho a votar es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, su Artículo 35 establece que los ciudadanos tienen libertad para votar y ser votados en elecciones populares.
Así mismo, los requisitos, procedimientos, prohibiciones y atribuciones que deben realizar la autoridad electoral, los partidos políticos y los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero para poder emitir su voto desde cualquier parte del mundo, están contenidos en el Libro Sexto, denominado «Del Voto de los Mexicanos Residentes en el Extranjero», de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (artículos, del 329 al 356 de la LEGIPE).
De los aspectos que la ley estipula, para que los ciudadanos puedan emitir su sufragio desde el exterior, se encuentran los siguientes: Podrá votar por Presidente de México, Senadores de la República, así como para Gobernador o Jefe de Gobierno (en el caso del Distrito Federal), siempre que la legislación del estado, o bien el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, contemple esta posibilidad; La Credencial para Votar con Fotografía es un requisito indispensable para votar y a finales de 2015 se comenzará a expedir en embajadas y consulados de México; Deberá solicitar al INE por escrito su inscripción a la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero (LNERE), en el periodo establecido del 1 de septiembre del año previo al de la elección, y hasta el 15 de diciembre del año en comento;
La ley contempla tres vías para el ejercicio del voto de residentes en el extranjero: Postal, enviando el sobre que contenga tu Boleta Electoral a través de correo. Depositando el sobre que contenga tu Boleta Electoral en los módulos que se instalen en la Embajada o Consulado, del lugar donde resides. Vía electrónica, a través del medio que el INE pondrá a tu disposición.
La confidencialidad de la información de los ciudadanos está garantizada por el INE.
Finalmente, el Código Penal Federal, en su Título Vigésimo Cuarto, dispone en el articulado 401 al 413, la norma en que se sustenta la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), encargada de dar equidad, legalidad y transparencia a las elecciones federales y locales. Como puedes observar estas Leyes son suplementarias, es decir que se complementan para dar resolución a cualquier tipo de dudas o conflictos.
De igual manera, y ya que hablamos del voto y su importancia, es necesario recordar que no siempre en nuestro país, se le permitió votar a las mujeres.
El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el decreto por el que se daba a conocer que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. Siendo el resultado de un largo proceso iniciado años atrás. Prácticamente a fines del año 1916, Hermila Galindo, quien era secretaria particular de Venustiano Carranza, le envió al constituyente un escrito solicitando los derechos políticos para las mujeres argumentando lo siguiente: “Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social, razonable es, que no carezca de derechos. Las leyes se aplican por igual a hombres y mujeres: la mujer paga contribuciones, la mujer, especialmente la independiente, ayuda a los gastos de la comunidad, obedece las disposiciones gubernativas y, por si acaso delinque, sufre las mismas penas que el hombre culpado. Así pues, para las obligaciones, la ley la considera igual que al hombre, solamente al tratarse de prerrogativas, la desconoce y no le concede ninguna de las que goza el varón”.
Argumentos de mucho peso y congruencia con el liberalismo político del constitucionalismo que, de acuerdo a las Adiciones al Plan de Guadalupe de 1914, se comprometían a: “asegurar a todos los habitantes del país la efectividad y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la ley”.
Pero desafortunadamente al redactarse la Constitución de 1917 y discutirse la petición, fue negado a las mujeres los derechos políticos. Argumentándose “en el estado en que se encuentra nuestra sociedad, las mujeres no sienten la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo en este sentido”.
Agregándose: “El hecho de que algunas mujeres excepcionales tengan las condiciones para ejercer satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos deban concederse a la mujer como clase. La dificultad de hacer la selección autoriza la negativa”.
De esta forma, la negación del sufragio femenino basada en la supuesta incapacidad de las mujeres para el ejercicio ciudadano, fue una argumentación parcial que no consideró que parte de la población masculina tampoco tenía una educación cívica suficiente como para ejercer la ciudadanía con plena conciencia.
Para finales de la década, en 1929, con la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), se redactó su Declaración de Principios y en su primer punto establecía “ayudará y estimulará paulatinamente el acceso de la mujer mexicana a las actividades de la vida cívica”. Con ello, las mujeres podían suponer que en un futuro podría haber un cambio en la posición gubernamental en relación a su participación en la vida cívica del país. Ese cambio no se dio sino hasta la segunda mitad de los años treinta, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, cuando el tema volvió a tomarse en cuenta.
Pero no fue sino hasta el 17 de 1953, que fue aprobado el derecho al voto a la mujer.
Con este marco legal e histórico, vuelvo a insistir en la importancia del voto en nuestro país, ya que los niveles de abstencionismo han aumentado en porcentajes alarmantes, acordes a la población no solamente en edad de votar y los que tienen la respectiva credencial, sino a esa apatía, falta de confianza y credibilidad hacia los partidos políticos y candidatos, derivado de la forma en que han venido gobernando.
Es muy importante que los ciudadanos que cuentan con una credencial del INE para hacerlo, y los que no la tienen la tramiten, que el voto debe ser razonado, reflexionado y analizado. Por ello debemos informarnos quiénes son los candidatos, qué han hecho, su trayectoria, su preparación, qué resultados han tenido no solamente en cargos de elección popular, sino cuando han sido funcionarios.
Para con ello el día de las elecciones salir a votar, pero con plena conciencia de porque lo haremos y por quién. Quedando claro que no solamente es un derecho que tenemos, sino una obligación para hacerlo. Que no sea un voto dirigido, comprado, manipulado. Esos tiempos ya debemos hacerlos a un lado.
El voto debe ser, insisto, razonado, analizado y con información. Porque el abstencionismo de hoy, no ejerciendo nuestra obligación, nos quita el derecho mañana de criticar o exigirle algo a quien haya sido electo a través del sufragio.
No dejemos en manos de otros, nuestro destino, el de nuestras familias y el de nuestro querido México.